LOS APELLIDOS

En la época de la persecución a los judíos por parte de la corona española, es decir, por la iglesia católica, surgió una clase de judíos que fue denominada técnicamente "judíos crípticos" que eran los que se "convirtieron" a la cultura católica para poder seguir vivos, pero que en secreto seguían las costumbres del pueblo judío.

La iglesia católica los obligó a cambiar a nombres y apellidos en español, para demostrar su sumisión. Muchos de ellos se pusieron apellidos con nombres de colores como Rojo o Blanco, otros con nombres de animales como Garza o León, o de una profesión como Herrero, Guerrero, etc. O también derivados de combinaciones de palabras comunes.

De hecho, algunos de los apellidos de origen “sefardita”, como también se les conocen son:

Calles, Barrios, Camino, Moreno, Hernández, Vázquez, López, Vidal, Franco, Fernández, Martínez, Molina, Moro, Luz, Meza, Sánchez, Garza, Avispa, Moneda, Silla, Gallo, Flores, Mercado, Marcos,…

Por otro lado,  una gran cantidad de judíos inconformes se pusieron apellidos que combinan palabras MALDITAS en hebreo, con nombres que significan algo MALO en español, para que como lo dice la guía de maldiciones incluida en la Tora ó Cábala pudieran MALDECIR correctamente al pueblo de España que los sometió.

Por ejemplo "Ladrón de Guevara" (Ladrón de Sepulcros (Por la palabra Quevar),

Avendaño (Avén=Mal + la palabra española Daño)

ó Pérez (Quebranto).

Según la enseñanza rabínica, el nombre indica la NATURALEZA DE LAS COSAS, por tanto es extraño que un judío conocedor de la doctrina se ponga a sí mismo y a sus descendientes nombres de maldición.

¿Alguien sabe por qué se pusieron estas personas nombres de maldición y no de bendición?

Nadie lo sabe, pero es algo que puede avergonzar al actual pueblo judío.

Otra teoría es que los catequistas de la Inquisición, ignorantes, los OBLIGARON a hacer uso de palabras o acciones contrarias a las leyes y costumbres judías tradicionales para "probar la verdad" de su conversión.