Por fin el Poder Judicial levanta la voz. Y lo hace con contundencia. Le advierte al Presidente Peña Nieto que respete la investidura de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y que no insista en enviar propuestas para ministro de ajenos a las labores jurisdiccionales.
O sea, le pide que no meta a la SCJN en el dilema de tener que decidir entre el menos peor. Le pide que ayude a la SCJN a que los nombramientos de los nuevos dos ministros sean limpios? pulcros. O sea, le pide que por favor no repita la historia de Eduardo Medina Mora. Le pide que no haga del máximo tribunal la agencia de colocación de sus amigos. Todo eso le pide mediante una carta firmada por magistrados y jueces de distrito.
Le dice que si aceptó la propuesta de Medina Mora, no aceptará la de otro funcionario cercano a él, o cercano al PAN. Le pide que le ayude a guardar las formas, pues es lo mejor para el Estado. Le pide que, por favor, no haga de este proceso de selección un conflicto de interés.
¿Y qué más le pide, sin pedírselo exactamente?
Le pide que no le proponga para ministro a Raúl Cervantes Andrade.
Y que tampoco le proponga a un político identificado con la cúpula panista.
Sin duda, la carta tiene esa dedicatoria. Porque el Presidente y Cervantes tenían el plan marcado de que el segundo llegaría a la SCJN. Y ese plan se evidenció hace más o menos un año. Recuerdo que entonces las cosas en el gobierno federal todavía marchaban aceptablemente. Supongo que en aquel momento el Presidente decidió: Eduardo y Raúl debían ser ministros. Al segundo de ellos ese plan se le ha venido abajo.
Así es la política. En este Casino, donde acostumbro reflexionar, la política es un juego de dados. Hay quien cae parado, pero hay quien cae descompuesto. A Cervantes esta vez no le ha tocado caer en equilibrio. Con la carta de los jueces se ha derrumbado su nombramiento. La Suprema Corte no lo quiere con la toga y el birrete.
¿Quién es el señor Cervantes? En principio, no dudo que sea un gran profesional del derecho. De hecho, tiene un doctorado por la Universidad Panamericana, institución de alta calidad. Es, sin duda, un abogado muy capaz. Pero en su caso, la separación de poderes se vería seriamente dañada si es elegido ministro. Porque se trata de alguien que ha sido muy cercano al Presidente Peña Nieto. Su último puesto público fue el de Presidente del Senado, por el PRI.
Ha sido director jurídico del tricolor y actualmente es Senador del PRI con licencia. Precisamente pidió licencia pensando en ser ministro. Porque se separó del cargo con la intención de reunir el requisito del tiempo.
Además, pertenece al grupo compacto del Consejero Jurídico de la Presidencia, Humberto Castillejos. De hecho, son primos.
El cálculo de Cervantes no fue bueno, o lo hizo pensando en que el poder del ejecutivo podía doblegar fácilmente al judicial. Con la carta, los jueces manifiestan el rechazo a que personas externas al sistema jurisdiccional se conviertan en ministros de la noche a la mañana.
Y esa oposición tiene una lógica de fondo: no es lo mismo ser juez que litigante; no es lo mismo ser legislador que juez; no es lo mismo ser secretario de Estado que ministro. Hacer las leyes no es lo mismo que interpretarlas a la luz de la impartición de justicia. Ésta última es una tarea posterior, que requiere la preparación de un fino buscador de la razón legal.
¿Cuántas sentencias ha hecho en su vida el señor Cervantes? ¿Cuántas veces ha valorado diversas pruebas para llegar a un a verdad jurídica?
¿Sabe el señor Cervantes qué es la verdad jurídica?
En la carta, los jueces le piden al Presidente que opte por la ?vocación de servicio?, que en materia judicial es aquella que tienen los que han dedicado el tiempo suficiente a impartir justicia, y lo han hecho con probada calidad.
Le están diciendo a Peña Nieto que, primero, debe ser ministro quien tenga la capacidad intelectual y práctica para serlo y, segundo, que debe ser ministro quien no haya tenido vínculos partidistas. Porque comprenden que dictar resoluciones judiciales requiere de absoluta imparcialidad.
Y Cervantes no puede argumentar imparcialidad respecto del Presidente. Por el contrario, ha sido un connotado priista y un incondicional servidor público de su gobierno. Ha sido integrante de su cuarto de guerra electoral. Nada más.
Por estas varias razones, el futuro de Cervantes como ministro ha quedado trunco. Simplemente, por la forma, su nombramiento sería impertinente.
El señor Cervantes debe regresar al Senado, para seguir ayudando desde esa trinchera al Presidente.
La apuesta que hizo no salió bien, ni hablar. Yo he perdido mucho dinero en este Casino de apuestas políticas, y ni hablar. Ahora mismo un dealer veterano me está vaciando los bolsillos.
Iré al baño a lavarme las manos. Es probable que así la suerte cambie.
Al regresar, sigo pensando:
El Presidente debe optar por otros personajes que generen consenso y reúnan el requisito de trayectoria.
Veo a dos magistrados con posibilidades de convencer a los senadores y a los ministros de la SCJN. Se llaman Javier Laynez Potizek y Manuel Hallivis Pelayo. Ambos son integrantes de la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa (TFJFA), y de sobra reúnen el requisito de trayectoria e imparcialidad. Laynez ha laborado con diversos presidentes de la República y ahora dicta sentencias administrativas y fiscales. Es un servidor público alejado de colores partidistas. Es un técnico fiscalista destacado. Lo mismo ha sido eficaz con un gobierno que con el otro.
Creo que hoy, la fortuna se ha puesto de su lado. Esto sucedió cuando fue ratificado como magistrado. El requisito de la trayectoria judicial está cumplido. Prepárese señor Laynez. Es posible que vaya usted a despachar en el máximo edificio jurisdiccional.
El segundo probable es Manuel Hallivis Pelayo, Presidente del TFJFA, institución que en este sexenio ha cobrado gran relevancia, pues será el órgano jurisdiccional que resolverá los conflictos que se deriven del Sistema Nacional Anticorrupción. De este tribunal surgió el ex presidente de la Corte, Mariano Azuela.
Hallivis Pelayo es el juez administrativista con más trayectoria. Conoce como pocos la estructura legal del Estado.
Hay hombres y mujeres valiosos en el Poder Judicial. Sólo deben encomendarse a este Casino de apuestas políticas.