¡1 de enero de 2021! Finalmente ha concluido uno de los años más complejos en la historia reciente del mundo: el aciago 2020. Un vendaval de acontecimientos sacudió los cimientos de las sociedades en una escala y extensión jamás previstas. Por primera vez, un fenómeno natural alcanzó todos los rincones del globo, desde una pequeña población en China hasta la Antártida: aquel recóndito pedazo de hielo en el casquete polar en el hemisferio sur del planeta. En este tenor, y ante el año que hoy comienza… ¿Cuáles serán los principales desafíos nacionales e internacionales para el 2021?
Europa y el mundo
En Europa, el Reino Unido y la Unión Europea deberán hacer frente a una nueva era en la historia de la integración continental, marcada por la incertidumbre sanitaria, económica y financiera. Los británicos, una vez más, han reivindicado sus particularismos históricos en relación con el continente, y ahora saldrán en la búsqueda de nuevos acuerdos comerciales que permitan hacer realidad las esperanzas de bienestar y prosperidad prometidas por el Partido Conservador desde el referendo de 2016.
La Unión Europea, por su parte, deberá encontrar los canales políticos que hagan inviable una nueva separación por parte de uno de sus miembros. Para ello, estarán obligados a reforzar la cooperación internacional entre los 27 miembros restantes y en el seno de la organización. De esta manera, las instituciones europeas serán capaces de encarar los nuevos desafíos presentados por la provocación británica.
En América, los Estados Unidos inaugurarán a Joe Biden como presidente el próximo 21 de enero. Sin embargo, Donald Trump, mandatario saliente, parece no dar tregua en su narrativa de fraude electoral, y buscará su permanencia en la vida púbica estadounidense con el propósito de deslegitimar al nuevo presidente, y desde luego, de obtener ganancias económicas a costa de sus fieles e iletradas bases electorales. Biden, por su parte, tendrá ante sí una tarea titánica frente a la profunda división social exacerbada durante la era Trump, y ante la realidad de contar con cerca de 20 millones de contagiados.
El planeta entero deberá ganar la guerra contra el covid-19, y una vez derrotado, iniciar un sinuoso derrotero hacia la recuperación económica. A pesar del desastre provocado por el virus, el arsenal bélico representado por las prometedoras vacunas augura un nuevo episodio en la lucha mortal contra el maldito enemigo nanométrico. Al día de hoy, un buen número de países han iniciado extensas campañas de vacunación. La batalla no será sencilla, pero el desarrollo de las ciencias médicas ha permitido que contemos con material de guerra para erradicar, de una vez por todas, el mal que tanto ha trastocado nuestras vidas. El mundo merece volver a la normalidad.
México
Nuestro país ha sido severamente golpeado por el virus. Familias han perdido miembros, negocios han cerrado, se han engrosado las filas del desempleo y de la pobreza, la desigualdad se ha profundizado y la polarización política se ha exacerbado. En nuestra guerra contra el virus, el Estado mexicano deberá coordinar esfuerzos transversales para asegurar la vacunación de un inmenso número de connacionales. El proceso ya está en marcha. Sin embargo, el primer trimestre del año será complejísimo en términos de la atención médica a pacientes enfermos de covid-19, a la vez que pondrá a prueba lo mejor de los mexicanos.
En temas políticos, los mexicanos acudiremos a las urnas el próximo 6 de junio para renovar la Cámara de Diputados, quince gobiernos estatales y cientos de municipios y alcaldías. Con este propósito, los partidos de oposición se han aliado para arrebatar a López Obrador y a su partido el control de la cámara baja, y con ello, detener las iniciativas legislativas de Morena, controlar el presupuesto y así, hacer desmoronar a la autoproclamada cuarta transformación.
En suma, el primer semestre del 2021 estará caracterizado por la coordinación de esfuerzos internacionales para contener la pandemia. En un tono halagüeño, el segundo será para la sanación de las heridas emocionales y económicas dejadas por el virus. El año que hoy inicia debe inspirar en los mexicanos —y en todos los ciudadanos del globo— el espíritu de fraternidad y colaboración. De ser así, el próximo 1 de enero, el mundo, a pesar de las problemáticas estructurales, podrá cantar victoria. ¡Feliz Año Nuevo!