El representante del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, le ha dado al presidente Andrés Manuel López Obrador la oportunidad de politizar las elecciones del 2021. Lorenzo no ha entendido la 4T y trata de actuar como si estuviera en elecciones pasadas. Adversario inútil, toma partido por el PRIAN y Claudio X. González.

Las llamadas “mañaneras” de López Obrador son un ejercicio de transparencia y rendición de cuentas. Si sus “otros datos” no son confrontados por reporteros hábiles y profesionales, no es culpa de la conferencia, sino de quien no indaga. Si la derecha quiere confrontar a Andrés Manuel, que vaya a la mañanera. Los resultados son evidentes cuando llegan, así sea Jorge Ramos o Denise Dresser.

Libertad de expresión, rendición de cuentas, transparencia, sustantivos que no admiten adjetivos, como alguna vez lo imaginó Enrique Krauze cuando escribió su “democracia sin adjetivos”. Des/sustantivados, la derecha adjetiva, y en esa derecha hay que reconocer al presidente del INE, Lorenzo Córdova.

Antes de la 4T, la propaganda fue orgánica. El INE servicial al gobierno prianista. Pudieron en 2006 y 2012; en 2018, no. Lorenzo, xenofóbico y contrario a la población del país, es una resaca de la borrachera neoliberal. Obvio que el INE tiene que ser autónomo, ¿pero cómo ser autónomo cuando los billetazos de la derecha los dominan?

El INE actual no es autónomo, es dependiente. Quiso joder la elección del 2018. No pudo. Quiere joder la elección de 2021. No podrá. Como ejercicio de gobernanza y de rendición de cuentas, las mañaneras existen. Es información, no propaganda. Además, no se paga a los medios por divulgarla. Es una conferencia abierta de información, que existan advenedizos del micrófono, es otro problema. ¿Por qué los adversarios de Andrés Manuel no hacen fila y preguntan?

La mañanera es un ejercicio planetario de apertura. ¿Dónde está la democracia? ¿En la apertura o en la censura?