Diputados aprueban Reforma Eléctrica de AMLO

La ruta de destrucción es clara: la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados aprobó el dictamen de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica. Todo está listo para que se apruebe, sin cambios, el martes en el pleno. ¿Se quedarán pasmados en el Senado ante esto? Los partidos de la 4T tienen la mayoría.

Además de que las tarifas se incrementarán (tal vez no para todos los hogares, pero sí para la totalidad del sector productivo), el costo será pagado, al final del día, por todos nosotros, a través de los subisidios a la CFE. Los bienes y servicios se encarecerán. El medio ambiente y nuestra salud se deteriorarán aún más.

¿Qué pasará con el país?

Los Diputados de Morena y el PT celebraron “su triunfo”. Con una anticuada elocuencia, dieron el aval a la iniciativa preferente de AMLO. Sus discursos nacionalistas e ideológicos fueron impecables para complacer a su jefe político. ¿Defendieron en realidad la soberanía? ¿Pensaron en la sustentabilidad? ¿Qué pasará con el país? ¿Será lo mejor para nuestros hijos y nietos?

La irresponsabilidad de los diputados mexicanos tuvo su aderezo unas horas después. El Presidente venezolano Nicolás Maduro planteó “una alianza estratégica” para proveer gas a México. Increíble. Mientras que muchos venezolanos no tienen siquiera acceso al gas, su líder ofreció a México retóricamente el combustible cuando sabe bien que no cuenta con las terminales de gas natural licuado para transportarlo.

El reto para el 2050

Los líderes responsables de muchas naciones sí están pensando en el futuro. Planean llegar a cero emisiones para 2050. El objetivo es que cualquier emisión de gases de efecto invernadero que aún permanezca será compensada por el carbono capturado por métodos como la reforestación o la captura directa del aire.

Debemos partir de lo que dicen los expertos de Naciones Unidas en el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático: el mundo entero necesitará llegar al “cero neto” para 2050 y evitar así los peores impactos del cambio climático.

Leí un informe que analiza cómo Estados Unidos podría llegar a cero emisiones netas y los impactos que tendrían en la reducción de la contaminación del aire y la creación de empleos en cada estado.

Informe aquí

El Centro Andlinger de Energía y Medio Ambiente de la Universidad de Princeton analiza cinco escenarios. Lo interesante es que el costo anual de la energía para los consumidores, en una estrategia de responsabilidad, es similar al actual. No hay duda: todos los escenarios dependen de impulsar la tasa de crecimiento de la energía eólica y solar, para cuadruplicar la capacidad renovable en los próximos diez años. Simultáneamente, para administrar toda la nueva energía renovable, se darían a la tarea de expandir al doble la red de transmisión y distribución eléctrica en los próximos 15 años.

Se propone la necesidad de construir una nueva infraestructura para transportar el CO2 capturado a las cuencas geológicas donde se puede almacenar bajo tierra, por lo general en lugares donde anteriormente se extraía petróleo o gas.

Se deberán poner en servicio 50 millones de autos eléctricos. Los edificios serán construidos con mayor eficiencia y utilizarán bombas de calor eléctricas que reemplazan el calor de los combustibles fósiles para electrificarse. El reto es enorme: los bosques necesitarán capturar 200 millones de toneladas métricas más de CO2 cada año.

También se logran resultados espectaculares en el empleo. En esta década, se podrían crear entre 500 mil y un millón de nuevos empleos energéticos en Estados Unidos. Dado que el carbón ya no se usaría como energía, la reducción de la contaminación también ayudaría a evitar 100,000 muertes prematuras.

Se nos acaba el tiempo

La conclusión es que no podemos seguir tomando decisiones irresponsables como las de la 4T y los Diputados que aprobarán la iniciativa de AMLO para reformar la Ley de la Industria Eléctrica. Se nos acaba el tiempo para que el planeta evite los peores impactos del cambio climático.

El segundo informe que leí fue del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley del Departamento de Energía y la Universidad de San Francisco junto con la consultoría Evolved Energy Research.

Lea informe aquí

Ahí se analizan los múltiples caminos realistas que Estados Unidos puede tomar para tener éxito. Y en todas partes se asienta como un hecho que, antes de 2030, sucederá lo siguiente:

1. La capacidad de generación eléctrica eólica y solar crecerá cuando menos 3.5 veces para poder generar 500 gigawatts más.

2. Se eliminará la mayor parte de la generación de electricidad a partir del carbón, reduciendo las emisiones en el sector eléctrico en al menos dos tercios.

3. Se mantendrá, de manera eficiente, la capacidad de generación eléctrica con gas natural para asegurar la confiabilidad del sistema. Aunque el uso del gas natural disminuirá, se va a mantener la capacidad como una fuente de energía de bajo costo cuando las energías renovables no puedan satisfacer la demanda.

4. Se ampliará de manera significativa la red de nuevas líneas de transmisión de electricidad, junto con nuevas tuberías para el hidrógeno y el dióxido de carbono capturado.

5. Los vehículos de cero emisiones, como los autos eléctricos, alcanzarán una cuota de mercado del 50% en 2030. Saben bien que muy pronto la autonomía de un vehículo eléctrico será de casi 500 kilómetros y costará lo mismo que un vehículo con motor de combustión interna.

6. Se ampliará el uso de “bombas de calor” (heat pumps), que son una fuente renovable de calor que puede sustituir al gas y otros combustibles fósiles.

7. Los nuevos edificios y electrodomésticos deberán cumplir estrictos estándares energéticos.

8. Se desarrollarán e implementarán nuevas tecnologías de combustibles neutrales en carbono, así como de captura y secuestro de carbono.

9. La transición inmediata puede suceder con la tecnología existente. Pero es importante señalar que la infraestructura de gas natural también podría funcionar posteriormente con hidrógeno fabricado con electricidad u otros combustibles netos cero.

Cambiemos la ruta de la destrucción por la ruta del desarrollo sustentable

Según los estudios, el costo de construir nueva infraestructura asciende a alrededor de un dólar por persona por día. Eso sin contar los beneficios económicos que se obtendrán al evitar los impactos sobre el clima y la salud. Eso es mucho menos de lo que algunos estimaban hace apenas cinco años. Es otro beneficio más de la caída de los costos de tecnologías como la eólica y la solar.

Es fundamental hacer la transición con cuidado, con equidad, con responsabilidad. Creando nuevos empleos, capacitando a la fuerza laboral. Al aumentar metódicamente la eficiencia energética, cambiar a tecnologías eléctricas, utilizar electricidad limpia (especialmente energía eólica y solar) y desplegar una pequeña cantidad de tecnología de captura de carbono, un país puede alcanzar cero emisiones sin requerir cambios drásticos de comportamiento.

La conclusión es que la tecnología existe. Lo que se requiere es visión de nuestros líderes y voluntad política. El costo de implementar el cambio es relativamente bajo. Pero hay que evitar primero las malas decisiones, como la reforma que se pretende a la Ley de la Industria Eléctrica

Es tiempo de corregir el rumbo. Cambiemos la ruta de la destrucción por la ruta del desarrollo sustentable.