El concepto de Ciudades Inteligentes, o Smart Cities, no es nuevo, pero tomó renovada fuerza en los años recientes,en la medida en que se hizo evidente que el adecuado manejo de datos podría ser factor decisivo para generar las ciudades del futuro.

Quedan en el inconsciente colectivo imágenes que distorsionan la supuesta inteligencia de las ciudades... Desde la Robótica y las casas elevadas de los Supersónicos... Hasta las imágenes, ya rebasadas en el tiempo, del futuro que anticipaban todo tipo de películas, desde joyas como Blade Runner o El Quinto Elemento, hasta otras bastante más palomeras, como Volver al Futuro.

Y no, así como las casas inteligentes no son aquellas en que Mauricio Garcés aplaudía y salían de los muebles martinis o cinturones para sujetar a sus “víctimas”, tampoco son ciudades inteligentes aquellas que no hacen más que llenarse con los ríos y ríos de aplicaciones y gadgets que día con día se agolpan en las puertas de nuestras vidas.

Una ciudad no es inteligente solo por tener aplicaciones de transporte o mensajería... Ni por solo tener miles de cámaras...

La verdadera Inteligencia Urbana inicia con un verdadero Proyecto de Ciudad, debidamente acompañado por instrumentos de planeación, regulación e inversión urbanos, así como por un enorme esfuerzo de coordinación que vincule en la más completa integralidad a las instancias públicas, a la sociedad y a la iniciativa privada...

Todo esto soportado por tecnología que permita analizar datos para a partir de ellos generar soluciones.

Ahora sí, sobre esta base, ya podemos decir que la verdadera Inteligencia Urbana no es otra cosa que un Proyecto de Ciudad que hace buen uso de todos los elementos a su alcance para atender a la gente por medio de ciudades eficientes, justas, competitivas y sustentables.

Porque sí... Una Ciudad Inteligente no es otra cosa que aquella que tiene como propósito final multiplicar las oportunidades de sus habitantes...

Y todo, pero todo parte de un propósito que permita fijar objetivos, implementar hojas de ruta para alcanzarlos y tener mecanismos de revisión que permitan identificar y corregir desviaciones, así como tomar medidas ante eventos disruptivos, justo como pueden ser desastres naturales... O una pandemia.

Hay que decir que si bien en México se realizan enormes esfuerzos para implementar una poderosa Política Nacional de ordenamiento territorial y urbano, estos esfuerzos encuentran enormes obstáculos en el hecho de que las ciudades mexicanas tienen un común denominador: la falta de proyecto.

No tienen proyecto ni la capital, ni Monterrey, Guadalajara o Tijuana... Y tampoco lo tienen el resto de las 100 zonas metropolitanas más importantes del país, y que concentran la mayor parte de la población y del desarrollo económico.

Es claro que la actual emergencia sanitaria va a detonar cambios y acelerar procesos... Pero no hay que confundir las reacciones a la emergencia, por buenas que sean, con un proyecto...

Tenemos el ejemplo de la Ciudad de México, en donde, hasta hace unos meses, el gobierno tenía olvidada la planeación urbana, veía al sector inmobiliario como enemigo y estaba limitado por una bastante mediocre política de movilidad.

Imaginemos que despertamos hoy después de haber estado dormidos los cuatro meses recientes para encontrar un carril para bicicletas en la Avenida de los Insurgentes, el anuncio de nuevas líneas de Metrobús, el Centro Histórico lleno de calles peatonalizadas, disposiciones que quitan espacio a los autos para que sean ocupados por personas y mesas de restaurantes, y un mensaje en que la jefa de gobierno anuncia que uno de los ejes de la recuperación económica de la Ciudad estará en la industria de la construcción, destacando el papel que en ello tendrá que jugar la inversión privada del sector inmobiliario.

Y no, eh, tampoco es para hacerle un corrido al gobierno capitalino, que no está más que reaccionando a la emergencia.

Y sí, son buenas noticias, pero la verdad es que todas esas “sorpresas” no son más que lo que la lógica marcaba y que hasta ahora se habían quedado atoradas en la compleja dinámica de dar forma a un plan de gobierno y sus correspondientes estrategias.

Pandemia o no pandemia era indispensable acelerar procesos urbanos... Aunque también hay que decir, qué acciones específicas, por muy buenas que sean, nunca serán el sustituto ideal de un indispensable Proyecto de Ciudad, complementado con una serie de instrumentos igual de indispensables, entre los que tendría que destacar un gran Programa General de Desarrollo Urbano, debidamente complementado con inversiones, ajustes regulatorios y la participación de la sociedad y la iniciativa privada.

Como parte de su anuncio de acciones para la recuperación económica, la jefa de gobierno habló de acelerar la activación de los 12 corredores de desarrollo inmobiliario que ya hace varios meses había presentado, lo que implica reactivar grandes proyectos en el corazón de la Capital, pero, también, construir 10,000 viviendas de bajo costo en esos 12 corredores, viviendas que van de 450,000 pesos hasta 1.12 millones de pesos, y de las cuales, 30% estarán dirigidas al segmento de renta, bajo una modalidad de precios de renta regulados por el gobierno.

La verdad es que no suena mal... Aunque queda la duda sobre si habrá condiciones para generar los instrumentos que hagan todo esto viable.

Más allá de los anuncios, será muy interesante ver qué dicen las reglas de todos estos programas, para entender lo mismo cómo será la ocupación de calles y banquetas con mesas de bares y restaurantes, que como buscarán crear condiciones que en verdad permitan que el sector inmobiliario reactive su producción y recupere la confianza en una plaza y un gobierno que le había cerrado la puerta en la cara.

Es justo por la importancia de estos temas, que la Secretaría de Relaciones Exteriores, junto con Centro Urbano, están organizando Inteligencia Urbana, un ciclo de conversatorios que buscan profundizar en el análisis del diagnóstico de nuestras ciudades, buscando con ello generar un debate que puede convertirse en espacio de propuestas (información sobre este ciclo en las plataformas de ambos organismos).

* Horacio Urbano es fundador de Centro Urbano, think tank especializado en temas de desarrollo urbano, sector inmobiliario y vivienda.

@horacio_urbano