Persona con capacidades diferentes o especiales, discapacitado, inválido, retrasado mental, mongolito, minusválido, enfermito, loquito, trastornado, anormal y cojo son formas INCORRECTAS Y DISCRIMINATORIAS para referirse a una persona con discapacidad.
Estos términos violentos, excluyentes y compasivos, son adjetivos cargados de prejuicios y estigmas que laceran el goce efectivo de los derechos humanos de las personas con discapacidad.
Es lamentable que, no obstante el régimen de garantías y de respeto a los derechos humanos establecido en nuestra Constitución, se sigan empleando términos indecorosos y humillantes para referirse a las personas con discapacidad.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación dada a conocer en 2017 por el INEGI, el 5 por ciento de la población de 18 años y más, opina que en el país se respetan poco o nada los derechos de las personas con discapacidad. Estos datos, nos obligan a consolidar acciones para garantizar el respeto a la dignidad de todas las personas.
Nuestra Constitución prohíbe todo tipo de discriminación, porque ésta anula o menoscaba las libertades de las personas. En acatamiento de este mandato, es necesario continuar fortaleciendo las acciones que aseguren la no discriminación, sobre todo cuidando la forma en la que usamos el lenguaje y nos comunicamos.
El lenguaje forma parte de nuestra construcción social, y en esa relevancia, fortalece la discriminación o contribuye a eliminarla. Un lenguaje incluyente es aquel que visibiliza y nombra de manera adecuada, respetuosa, empática, libre de prejuicios, con los términos recomendados por las instituciones rectoras en derechos humanos y que utiliza en la mayor medida posible los códigos con los que se comunican las personas con discapacidad. Aunque el uso correcto del lenguaje no termina de manera inmediata con la exclusión, es en definitiva una herramienta de carácter correctivo para repensar la forma en la que actualmente se concibe a las personas con esta condición.
De acuerdo al Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de Personas con Discapacidad, CONADIS, algunos de los términos correctos para referirnos a una persona con discapacidad son: persona con discapacidad psicosocial o mental, persona con discapacidad auditiva/sordo, persona con discapacidad visual/ciego/débil visual, persona con discapacidad social y persona con discapacidad motriz.
En el Poder Legislativo, tenemos la tarea de armonizar las leyes y establecer en su ejecución, políticas públicas que contribuyan al uso correcto del lenguaje, desde los medios de comunicación, el gobierno, la escuela, el hogar y cualquier espacio que nos lleve a construir una sociedad igualitaria donde podamos vivir plenamente.
Todas y todos tenemos la obligación de combatir la discriminación en cualquiera de sus manifestaciones.
*Diputada Federal por el estado de Veracruz. Pertenece al Partido Movimiento Ciudadano