Para los que fuimos estudiantes del Tec de Monterrey, Campus Monterrey, nos puede ser fácil imaginar lo que vivieron los estudiantes de la institución minutos antes de ser abatidos por miembros del ejército hace nueve años.
Yo ya tengo mis años de graduado, en mis tiempos de estudiante la zona donde sucedió el homicidio era totalmente diferente. No había un paso a desnivel, sino un puente peatonal y un semáforo en el cruce de la avenida Eugenio Garza Sada y la calle Luis Elizondo. Pero los minutos antes del incidente eran normales para casi todos los alumnos del Tec.
En la preparación para los exámenes parciales, el campus Monterrey se transforma en una escuela de 24 horas. La biblioteca abre 24 horas y es un lugar de concentración de estudiantes para repasar y prepararse para los exámenes y entrega de proyectos. Dependiendo de la carrera, maestría o doctorado, la gente se prepara y pasan las horas trabajando dentro de la escuela. En mis tiempos era común ver gente en el Tec a las 3, 4 o 5 de la mañana preparándose.
Imagino a los estudiantes abatidos tomándose un “break” de la sesión de estudios y dirigiéndose a tomar un café, hacia su casa, que se yo. En un pasillo con una salida que desde hace nueve años fue clausurada.
Los enfrentamientos entre delincuentes y militares eran comunes en esos años. Esta vez le tocó a Javier y a Jorge estar en medio de la lluvia de plomo y sin deberla ni temerla les tocó pagar con sus vidas.
Ahora el Tecnológico es totalmente diferente al de esos tiempos. El control de entrada y salida de personas es mayor al de hace 9 años. No existe más el estadio tecnológico, el edificio de la biblioteca es totalmente diferente y la entrada al Instituto no está en zonas oscuras y de posibles persecuciones como el cruce de Luis Elizondo y Garza Sada.
Nueve años después
La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y el subsecretario de Derechos Humanos, Migración y Población, Alejandro Encinas, reconocieron la responsabilidad del Estado en la ejecución extrajudicial y ofrecieron una disculpa pública a las familias de Javier y Jorge. Estos estudiantes fueron reivindicados, después de que por nueve años estuvieran en las actas considerados como “sicarios armados hasta los dientes”.
El Tecnológico de Monterrey en conjunto con la Secretaria de Gobernación encabezaron un acto para recordar los hechos trágicos del 19 de marzo, honrar a los estudiantes Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo.
“Existió incumplimiento de la función pública, violación al principio de legalidad y violación a la seguridad jurídica por la debida preservación de las evidencias por la manipulación del lugar de los hechos, por haber modificado la posición de los cuerpos sin vida de los jóvenes Javier y Jorge, y por colocar armas sobre sus cuerpos; la violación al derecho a la justicia y a la verdad en prejuicio de los padres de las víctimas y su revictimización que se hizo evidente por la falta de voluntad e impedimentos para acceder a los expedientes”, dijo Olga Sánchez Cordero.
“A nombre del Estado mexicano les ofrezco una disculpa pública por la violación a sus derechos en el marco del uso excesivo de la fuerza por el que fueron privados de la vida sus hijos por los elementos del Ejército mexicano. Quiero decirlo de manera clara y tajante: Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo eran estudiantes de excelencia del Tecnológico de Monterrey, no sicarios. Por mi conducto, el Estado mexicano hace el compromiso de garantizar la reparación integral del daño que provocaron las autoridades desde el 19 de marzo del 2010 y, a su vez, reitero el compromiso de implementar las medidas que aseguren la no repetición para que los hechos que violentaron sus derechos humanos no vuelvan a suceder a ninguna otra persona en nuestro país”, dijo Sánchez Cordero a los asistentes al acto donde estuvieron presentes los padres de Javier y Jorge, el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, representantes de la CNDH, del ITESM, del gobierno y del Ejército.
Hasta los dientes
El documentalista Alberto Arnaut realizó un corto sobre el lamentable hecho del 19 de marzo. El filme con nombre de “Hasta los dientes” se estrenó el año pasado y sirvió para aportar nuevos argumentos sobre el caso. Estos argumentos tuvieron que ser tomados en cuenta por las autoridades para aclarar muchos de los hechos de esa trágica noche.
Este filme fue proyectado en una sesión privada para Olga Sánchez Cordero y Alejandro Encinas, junto con los familiares de Jorge y Javier en octubre del año pasado. Después de ver esta película, los funcionarios se comprometieron a ofrecer una disculpa pública sobre los hechos acontecidos el 19 de marzo del 2010.
El documental está inscrito para su nominación al Ariel por mejor largometraje documental.
Don Rafael Rangel Sostmann
Ser rector del Tecnológico no debe de ser tarea fácil, más en los tiempos de Rafael Rangel Sostmann donde no había la fragmentación de mandos que hay ahora en la institución. Le tocó a Don Rafael enfrentarse a este lamentable hecho como responsable del ITESM.
En una carta abierta a la comunidad, Rafael Rangel Sostmann habla sobre el acto de la disculpa pública y sobre el hecho que el crimen no se ha resuelto.
Coincido con Don Rafael en que el crimen de fondo no es el asesinato de los jóvenes estudiantes sino el hecho de haber desaparecido sus pertenencias, identificaciones, negar que fuesen estudiantes del ITESM, etiquetarlos como sicarios y decir que venían armados hasta los dientes.
Queda latente la preocupación del ex rector del Tec de Monterrey sobre el mando que dio la indicación de proceder de esta manera. También si estos mandos siguen dentro del ejército y pueden formar parte de la seguridad nacional. Dicen que tanto peca el que mata la vaca como el que le jala la pata, además de los involucrados directamente, ¿se podrá encontrar a los que dieron la orden?
Las disculpas públicas
¿Sirve de algo este reconocimiento 9 años después? Dos presidentes han pasado por la silla presidencial y fue hasta ahora que se les ha dado esta disculpa. Muchas personas dirán que es inútil pues nada de lo que hagan ahora puede recuperar las vidas de los muchachos abatidos.
Lo que hizo el gobierno mexicano es un hecho histórico en el país. Es la primera vez que el estado mexicano reconoce el error de las fuerzas armadas y busca enmendar la negligencia de manera pública.
El acto del gobierno de México es muy humano y seguramente de mucho valor para los padres de las víctimas, además de un acto de humildad de los dirigentes del país. Falta trabajar mucho en el problema de fondo pues el caso de Javier y Jorge no es el único en el país. Esperemos que en los próximos meses podamos ver resultados contundentes en temas de seguridad. Es buena señal que el gobierno reconozca que se equivocó, será mejor señal que se tengan planes de trabajo que terminen con la delincuencia de manera contundente.