Cuando no opina como yo, no me gusta

El viernes, en lugar de Brozo, apareció en pantalla Víctor Trujillo. Hace mucho que no veíamos al hombre sin peluca verde ni nariz. Su mensaje tocó una de mis fibras más sensibles: la libertad.

Más tardó en aparecer el mensaje que en contestar sus detractores. Leo, decepcionado, a Pedro Miguel, quien fiel a su radicalismo trasnochado tuiteó: 

“No tengo problema en admitirlo: Me gustó que criticara a criminales como Fox, Calderón y Peña, y me repugna que hoy, con su golpeteo difamador contra un gobierno honesto, sirva a la causa de la reacción oligárquica. ¿Lincharlo? No. Sólo pienso que es un inescrupuloso miserable”.

En pocas palabras, don Pedro, lo que quiso decir es: cuando no opina como yo, no me gusta.

Es lamentable ver cómo defensores de la libertad de expresión en el pasado se arrastran hoy a los pies del líder incuestionable, infalible, incorregible, impoluto, magnánimo y a veces hasta lo hacen ver como indefenso.

México diverso, de luchas múltiples

Estoy de acuerdo en que no sabemos quién paga Latinus, en que es singular la dupla de Loret-Brozo, en que parece que sólo hablan de AMLO, pero todo termina en el mismo punto: están en su derecho.

Si no aprenden a tolerar la crítica ahora en el poder, cuando antes la aplaudían como oposición, no entienden entonces este México diverso, de luchas múltiples que no empiezan ni terminan ganando la Presidencia.

Si no toleran a Brozo, simple y sencillamente no lo vean. Pero ponerlo al centro, al grado de compararlo con Salgado Macedonio, fue una burda operación de la redAMLOve que notamos y registramos varios. Fueron miles de tuits y cuentas falsas que tengo documentadas. La próxima podrían ser más sutiles para que parezca más real.

No es lo mismo un político, que un periodista

 Y si ese periodista se viste de payaso desde hace décadas, muy su derecho. Y si critica al poder siempre, qué mejor que escucharlo, y ver si hay algo que hacer, si está exagerando o todo está perdido.

¿Para qué dividirnos en si estamos a favor o en contra de un payaso?

 La mayor burla es la realidad que está allá afuera. La mayor grosería es la indolencia.

Querer pasar a la historia acallando voces o dividiendo a los mexicanos entre el pueblo bueno y malo, solo dejará un país más roto del que teníamos.

El problema no es Brozo. La realidad inefable de México debe ser contada por todos, aún si no estamos de acuerdo en lo que piensan.

Y como dice aquella frase: "No estoy de acuerdo con lo que dice, pero defenderé con mi vida su derecho a decirlo”.

Si es una mentira, se responde.

Si es una calumnia, se denuncia.

Y si es verdad, una triste verdad, no nos ahogamos negándola ni matamos al mensajero.

“La verdad nos hará libres”.

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