El Estado de México es un lugar ideal para el crimen organizado y también para el desorganizado: total la ciudadanía es la que carga con toda la culpa, porque ese estado del cual proviene el grupo de amiguitos que gobierna al país, es un total desastre, la ausencia de civilidad por parte de las autoridades es total, simplemente el gobernador (del cual no me acuerdo de su nombre) brilla por su ausencia, los mexiquenses desconocen su agenda porque ésta incluye todo, reuniones con las estrellas de la TV; entrevistas con lectores de noticias; declaraciones estrambóticas del devenir del conglomerado espacial, y hasta la comprensión de la astrología como forma de felicidad; todo lo anterior es importante menos gobernar.

La verdad es que este singular personaje público, recibió al Estado de México con un sinfin de problemas, quizá el mayor es la inseguridad, en ese estado la corrupción policiaca es endémica, precisamente de ahí han surgido numerosos criminales que primero fueron policías y posteriormente se convirtieron en auténticos baluartes de la criminalidad; es tan grave la problemática criminal que al parecer es ya una forma de ejercer el poder, veamos por qué: si usted amable lector por circunstancias fortuitas ha de circular por ese territorio, incluyendo todos sus municipios, tenga la seguridad que los servidores públicos contratados para garantizar la tranquilidad de los ciudadanos, lo van a atracar, no importa si comete usted alguna falta, es suficiente con simplemente caminar o transitar por alguna calle o avenida para que los “celosos guardianes de la ley”, lo detengan y lo roben.

Hasta el día de hoy, el actual gobernador no ha hecho nada por tratar  de mejorar a su estado, el deterioro es de tal magnitud que el manejo de la información está totalmente controlado. El Estado de México es una entidad aparte, el periodismo no se ejerce, los supuestos medios que deberían cubrir el acontecer de tan importante estado, se encuentran totalmente controlados por la alta burocracia estatal y lo que es peor, por los propietarios de esos medios de comunicación.

Se puede afirmar categóricamente que existe la casi total desaparición del Estado de Derecho que garantice la vida constitucional a los mexiquenses, ahora  es una entelequia; solo vea las sangrientas ejecuciones que cotidianamente se vienen dando en todos los municipios de ese estado, es escalofriante el número de víctimas, pero lo peor resulta cuando todos los mexicanos quisiéramos que el gobernador actuara según lo manda la Constitución, pero por oscuros motivos el gobernador que hoy se maneja como señor feudal y que despacha en sus amplias y costosas oficinas, ha hecho de su ausencia el método de gobierno que según él, es el que mejor le conviene.

Para los mexiquenses las cosas se van a poner peor, el ejemplo lo constituyen dos municipios Tlalnepantla y Cuautitlán Izcalli, feudos priistas que sus actuales presidentes municipales los gobiernan desde sus pequeños pedestales, donde la corrupción y la impunidad son la moneda de uso corriente, la aplicación de la justicia es tan perversa que la simple tramitación de un documento constituye una verdadera odisea por la notable pudrición que reina en esos municipios priistas.

Si verdaderamente el Presidente Peña tratara de cumplir con sus obligaciones republicanas, hace un rato los ciudadanos mexicanos de perdida conoceríamos a quién ostenta el cargo de gobernador en el Estado de México.