Una de las mentes atrás de la Fiesta del Viento, apellidada “festival del arte, oficio y la locura” y que comenzó ayer en Pachuca con una serie de actividades artísticas, es Chema Gil, quien también es uno de los impulsores de la Fundación Calavera Canario. Accedió a platicar sobre lo que hay atrás de todo esto.
La entrevista fue en una casa centenaria que, tras ser rehabilitada y cuidadosamente decorada, hoy es hogar de sus oficinas ubicadas frente al histórico Parque Hidalgo. Emocionado por el evento que comenzó ayer, Chema contesta amablemente las preguntas. Dice que es uno de los tres fundadores de Calavera Canario junto con su hermano Ramón Gil, presidente, y Servando Sare, secretario, y que en ella se dedica al área de desarrollo social y a la parte artística.
Pero, ¿de dónde surge la idea de crear esta fundación, y cuál es su misión? Gil relató que cuando los tres vivían en el extranjero, en Boston, Italia, y Noruega, platicaban de su intención de regresar a Hidalgo para poder hacer algo con la cultura y el arte, pues cuando eran estudiantes no había suficiente oferta. Hablaban de que les iba bien en su profesión y empresas en las que trabajaban pero coincidían en que tenían una deuda pendiente con su estado. Así que la propuesta fue volver y fundar Calavera Canario.
Respecto a su misión, Chema Gil explicó que se divide en tres: la primera se refiere a generar economías sustentables y creativas, en donde el artista aprenda que los proyectos deben de ser atractivos económicamente; el arte, explicó, para comunicar necesita de esa línea económica que lo expanda internacionalmente y sobre todo que los artistas puedan pagarse una vida con su oficio. El artista no debe hacerlo por hobby. El segundo punto es la libertad. Tener libertad de expresión pero total: sin ataduras, sin esclavas, sin complejos morales o religiosos. Dijo que la libertad es un principio fundamental de la fundación, por eso la consigna de Calavera Canario es vive siendo libre. Respecto al tercer punto, Chema dijo que se trata sobre “el sacrificio diminuto”, es decir, un principio bajo el que promueven “la ayuda mutua y repartida en cada una de las personas”.
Es así que el nombre de la fundación está estrechamente relacionado con su misión. “Calavera Canario se refiere justamente a ese canario que metían en jaulas los mineros y que cuando bajaban al tiro de mina para ver si había gas o ausencia de oxigeno estaban atentos al canario y si éste dejaba de cantar, corrían a subirse porque era señal de que podían morir envenenados”. Lo maravilloso, cuenta Gil, es que ese ser tan diminuto salvó muchas vidas, lo que puede retrotraerse al arte, un concepto tan diminuto para nuestro país que, sin embargo, puede salvar tantas vidas y sanar heridas.
El Festival del Viento
Siempre intriga el aspecto económico. En cualquier tarea de emprendimiento, es un factor que puede detener y tumbar las grandes ideas. En ese sentido, este diario preguntó a Gil cómo es que organizaron un festival tan grande como el del Viento. ¿Tenían en cuenta ese factor económico?
Resuelto, contestó: “La sustentabilidad del arte es una responsabilidad inherente del mismo artista que aún no se aprende y de lo que se culpa a la sociedad. Pero la sociedad sólo replica lo que nosotros estamos haciendo como artistas. Al artista no le gusta nada la palabra reeducarse pero es una realidad, se necesita ser lo doble de responsables, lo doble de profesionales, lo doble de puntuales, lo doble de estrictos con el arte propio, con el objetivo de que la gente nos tome en serio y se dé cuenta que tiene el mismo valor el doctor que va a su consultorio desde las siete de la mañana y se asea perfectamente para darle una imagen a su cliente”.
Continuó su reflexión diciendo que ser artista no es ser bohemio. Existe la creencia de que para ser artista es necesario desvelarse, despertar hasta tarde; incluso tener una relación cercana con el alcohol y otro tipo de estupefacientes, no es así. Realmente si el artista es responsable de su propio trabajo, si lo admira y se apasiona con él, debe darle el mismo valor que otras profesiones.
Los calavera y los canario