Hace días se menciona el tema de un documento filtrado a los medios de comunicación, donde la Dirección General de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Turismo Federal envió al presidente de la Asociación Nacional de Comités Ciudadanos de Pueblos Mágicos, Christian Berger una carta para conminarlo a abtenerse del uso del logo de Pueblos Mágicos.

Posteriormente, la dependencia federal emitió un comunicado en el que establece que cualquier prestador de servicios desde un taxista hasta un ciudadano de pie en pro del turismo puede hacer uso del logo de Pueblos Mágicos. A todo esto ¿dónde estuvo el error? ¿Por qué se generó una polémica? Se lo explico.

La Sectur desde un inicio lo que hace es proteger el uso de su marca ante instituciones o asociaciones civiles y es válido al tener los derechos del famoso rehilete de colores, no obstante es obvio que no pueden aplicar los mismos estatutos con ciudadanos de a pie, taxistas, etc.

Quizá el modo de enviar un documento legal desde el jurídico de la Secretaría de Turismo Federal no fue la manera con más tacto ante una crisis, pero sí, sin tintes políticos y sin una demanda de por medio.

Hubiera sido otra historia de venir la carta firmada por parte de Miguel Torruco o una demanda legal donde se prohibiera definitivamente el uso de la marca de “Pueblos Mágicos” con repercusiones legales inmediatas.

Al consultar al presidente de la Asociación Nacional de Pueblos Mágicos, Christian Berger dijo “ya estamos en pláticas con la Secretaría de Turismo Federal quienes han sido responsables y atentos en este asunto, pero la parte que consideramos importante, fue que nos jalaron a la mala, porque la forma en que nos invitaron a este debate público, fue una amenaza y ningún ciudadano debe permitir que lo amenace la autoridad”.

Esto generó el extrañamiento del mismo Berger y ocasionó que varios miembros del Tianguis Turístico de Pueblos Mágicos ya no quieran participar e inclusive estén molestos por la circunstancia en que se dieron los hechos.

Aquí mismo compartimos la notificación y explico algunas palabras clave como “conminar”: si bien se pudiera entender como amenaza, es una advertencia de que no se puede usar el contenido en este caso de nueva cuenta y se procederá a acciones legales.

Sin embargo, hay una parte importante, donde varios han salido a decir que ahora la dependencia federal prohíbe el uso de la marca de “Pueblos Mágicos” a terceros y de ahí pudo salir la deformación de algunos comunicadores. En la misma notificación resaltaría las siguientes palabras:

“Se hace de su conocimiento que la Secretaría de Turismo, siendo la titular del derecho para la explotación de la marca aludida, cuenta con respaldo legal para otorgar a terceros, la Licencia de uso a través del instrumento jurídico correspondiente”.

Es un hecho que el programa “Pueblos Mágicos” creado en 2001 y por el cual se ha fortalecido la participación ciudadana en la promoción turística. Hoy debe más que nunca estar unida como lo sigue haciendo sin fines de lucro en conjunto con autoridades para el beneficio de todos.

En conclusión, el gran problema de las filtraciones es que cuando un periodista tiene en su poder un documento debe primero en este caso “leerlo, posteriormente investigarlo y acudir a los dos partes antes de dar su veredicto”, ya que puede concurrir en la deformación o descontextualización de una situación y por ende distorsionar la realidad.

Lo que se debe hacer hoy más allá de dimes y diretes, es fijarse en el seguimiento de apoyo a los Pueblos Mágicos y ver su exposición como un factor importante para detonar el turismo en una primera instancia donde va hacer local, garantizando los protocolos de seguridad adecuados para el regreso a la “nueva normalidad”.

Como diría la poeta Aly Cobby Eckermann “cada grano de sal en este gran país rojo. Es un poro en la piel de mi familia”, son palabras que llegarían a significar la importancia de los Pueblos Mágicos y la sociedad mexicana que los conformamos.