Feliz porque logró imponer sus directrices en el legislativo, incluso en algunos temas priistas como la diputada del Estado de México, Irazema González,   fueron más radicales que la derecha panista, Enrique Peña Nieto se fue, plácidamente, de vacaciones. No sabía que el destino lo iba a alcanzar.

Dos noticias sobresalen. La quinta evaluación acerca del trabajo presidencial y la baja en las expectativas económicas. Ambas negativas en serio.

En la primera, los líderes de opinión califican mal en 60 por ciento el trabajo presidencial y los ciudadanos lo hacen en 50 por ciento. En abril los primeros, tenían una mala imagen únicamente en 53 por ciento. O sea, hay 7 por ciento más en contra (Reforma, 1 de agosto).

Respecto a la reforma energética, los mexicanos están a favor en 34 por ciento y 40 por ciento en contra. Pero  el 61 por ciento opina que los precios de la luz y los combustibles subirán en lugar de bajar. Algo que incluso aseguran  los especialistas, ya que en realidad las tan cacareadas  modificaciones  se hicieron  para favorecer a los industriales y los empresarios y no para  ayudar  a una población cada vez más depauperada.

En tanto, la séptima evaluación de los grupos del sector privado señala que creceremos  al 2.56 por ciento este año (El Universal, 1 de agosto). En cada ocasión las expectativas han descendido, ya que originalmente el alza sería de 4 por ciento. Lo más grave es que los problemas que impiden un mayor crecimiento son dos: la violencia- que según Osorio Chong va disminuyendo- y la debilidad del mercado interno, el cual se agudizará pues 12 por ciento más de tarjetahabientes están  en cartera vencida.

Y para documentar nuestro optimismo respecto al gobierno, vemos que el burócrata de Capufe, Benito Neme, impidió utilizar las tarjetas IAVE en las carreteras  y las sustituyó por otras con el mismo nombre: IAVE (sic homónimo).

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