Lo que hoy publica Lourdes Mendoza en El Financiero hace semanas, lo juro, me lo dijo un viejo amigo de Monterrey ligado al sector empresarial. Este hombre usó casi las mismas palabras que la columnista. No lo tomé en serio. Y, claro está, no lo vi como una amenaza inminente para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Pensé que se trataba, sí, de pláticas entre gente del sector empresarial que no iban a ir más allá del chismorreo.
Hoy que la señora Mendoza difunde detalles de ese proyecto, debo cambiar mi opinión: hay, efecto, hombres y mujeres de negocios que están invirtiendo para fortalecer a la oposición a Morena, lo que sería democrático si cumpliera con las leyes electorales mexicanas, pero que debe considerarse golpista por la enorme cantidad de recursos —ilegales por los montos— que según la columnista los empresarios están aportando.
Cito a @lumendoz:
1.- “Un grupo de poderosos empresarios, sobre todo del norte, ha decidido tomar acciones para contrarrestar a Morena”.
2.- "Al menos ocho importantes hombres de negocios, a los que pronto se les sumarán varios más, ahora, han decidido aportar 20 mdd cada uno para crear un fondo que opere la resistencia contra Morena”.
3.- “Los recursos servirán para financiar una operación política y mediática”.
4.- “Piensan utilizar, bueno, unirse al PAN, pues no quieren arriesgarse con un proyecto independiente que no cuaje”.
5.- “Del PRI, dicen, no quieren saber nada luego de la debacle que significó el gobierno peñista”.
6.- “Utilizarán un medio de comunicación impreso”.
7.- “Varios empresarios del país han empezado a manifestar su interés por participar en esta aventura mal llamada ‘la resistencia’ y para ello se han armado reuniones”.
8.- “Hace ocho días hubo una de estas reuniones en casa del dueño de Hidrosina, ubicada en el fraccionamiento fifí Rancho San Francisco”.
8.- “Esta no es la primera vez que los empresarios, quienes ven al PAN como su mejor representante o el partido que mejor los representa, se unen en contra de un gobierno”.
¿Reforma? ¿El Universal? ¿El Financiero? ¿El Economista? ¿Excélsior? ¿El Heraldo? ¿La Jornada? ¿Proceso? ¿Milenio? ¿La Razón?
La pregunta interesante es la de qué “medio impreso” es el que utilizarán los empresarios de “la resistencia”.
√ La Jornada no puede ser. Este periódico de izquierda, dirigido por Carmen Lira, es el que más hizo, durante años, para que México tuviera un gobierno como el del presidente López Obrador.
√ Proceso. La revista fundada por Julio Scherer García no pacta ni con los dueños de la publicación. Aquí aplica aquello de "cuando la perra es brava...". Uno de los dueños de Proceso, Julio Scherer Ibarra, que tiene un cargo importante en la administración de López Obrador, tuvo que renunciar al consejo de la revista desde luego por congruencia ética, pero también para que dejaran de molestarlo al interior del equipo gobernante, ya que simple y sencillamente no puede hacer nada para evitar críticas brutales de Proceso a AMLO ni, tampoco, para que el semanario dirigido por Rafael Rodríguez Castañeda cada vez que se le pegue la gana apoye —siempre a su modo, guste o no a Andrés Manuel— al proyecto de la 4T.
√ El Heraldo de México, más preocupado en terminar de consolidarse, debe ser descartado como pieza clave de un plan político de oposición. Sus directivos y dueños no tienen tiempo para andar en la grilla. El señor Ángel Mieres, de plano, está ocupado trabajando para sacar adelante a un periódico todavía en la categoría de los recién nacidos. Y el trabajo no se lleva con la politiquería.
√ Milenio aprendió la lección de haber ido contra Jaime El Bronco Rodríguez en las elecciones de gobernador de Nuevo León de 2015. Le fue tan mal por haber jugado a la política, que seguro estoy no volverá a meterse en una locura semejante. Ni Pancho González, ya casi en el retiro, ni su talentoso hijo del mismo nombre se tropezarán otra vez con esa piedra.
√ Excélsior, parte fundamental de un grupo de comunicación gigantesco, Imagen, no arriesgará todo lo construido en muy poco tiempo por hacerle el juego a empresarios radicales de derecha. En sus páginas, por lo demás, se trata a AMLO con ejemplar objetividad. Empresario inteligente como pocos, el propietario de Excélsior, Olegario Vázquez Aldir, no juega a la ruleta rusa.
√ El Financiero pasó rápidamente de una primera etapa de críticas mayoritariamente calumniosas contra Andrés Manuel a una comprensión racional de los retos que enfrenta el nuevo gobierno. La relación entre el propietario del periódico, Manuel Arroyo, y el presidente de México mejoró después de una entrevista reciente. Se percibe en sus columnas y en general en sus notas.
√ El Economista, excelente diario gracias a la dirección de Luis Miguel González, desgraciadamente es muy chico como para participar en proyectos tan ambiciosos —y en mi opinión condenados al fracaso— como el de construir aceleradamente una oposición a López Obrador. No creo que el propietario de El Economista, Jorge Nacer tenga inclinaciones suicidas.
√ La Razón. Sus directivos permitieron que periodistas fanáticos se divirtieran durante años calumniando a AMLO. Es un error que en ese diario no se volverá a cometer. Ramiro Garza padre y Ramiro Garza hijo volverán a dejar que su diario se lance al vacío.
√ El Universal. Tiene tamaño para una aventura como la aquí comentada. Y si tenía motivos para ir contra AMLO —alguna molestia con Andrés Manuel por lo que sea—, creo que los está perdiendo. En al menos dos conferencias de prensa mañaneras del presidente de México he visto a López Obrador más que conciliador con el diario de Juan Francisco Ealy Ortiz. Van a entenderse el medio y el político, sin acuerdos oscuros ni nada de eso: simplemente porque a ambos les caracteriza la prudencia.
√ Reforma (El Norte, en Monterrey; Mural, en Guadalajara) debe ser ese medio impreso de “la resistencia”. Tiene tamaño, influencia, ganas, obsesiones de sobra entre sus directivos y periodistas, vocacionales suicida y, sobre todo, necesidad de obtener recursos privados, que tuvo en abundancia cuando la publicidad comercial invertía en diarios de papel, algo que ya es historia. Si ocho empresarios pusieron 20 millones de dólares cada uno, esto es, 160 millones de dólares en total, bien harán en tomar como contratos de publicidad la pizcacha que le toque al diario del señor Alejandro Junco Elizondo, presidente de la empresa, que dirige Juan Pardinas. De hecho, sobran razones para pensar que Pardinas, fanático de la derecha extrema, es el nuevo jefe periodístico de Reforma simple y sencillamente por sugerencia de empresarios ultraderechistas que insisten en pelear contra la izquierda, el populismo y todos esos fantasmas.