Filas y fobias

Utopía

Las expresiones del presidente Andrés Manuel sobre la vacunación como una decisión individual de los mexicanos mayores de edad son, salvo su mejor opinión, correctas, al establecer la naturaleza gratuita, voluntaria y no estar condicionada al acceso a las pensiones de la Secretaría del Bienestar y los programas sociales del gobierno de la 4T que benefician a muchos. Cantidades y alcances sin precedente con independencia de las filias y fobias que obnubilan a los que intervienen en la conversación pública.

Muy bien que primero coloque en su justo lugar la “mucha desinformación, hay rumores, pero que no se haga caso a esas desinformaciones, a esos rumores, a esas distorsiones; nosotros actuamos de manera responsable y no los vacunaríamos si supiéramos que hay riesgos, tengan confianza”.

Todavía no se valora lo suficiente la presencia que tienen las voces que se aúnan para negar la existencia del SARS-CoV-2, o bien aceptada la presencia del virus en los cinco continentes mostrarlo como producto de una gran conspiración internacional que no se compadece del hecho de que es imposible concertar a tantos Estados con sistemas políticos y modelos económicos tan diversos en semejante obra conspirativa.

Y luego está la promoción de no vacunarse bajo las más aberrantes explicaciones como la siguiente: “Gracias, pero ni operado del cerebro voy a dejar que me metan ADN Recombinante, células madre de feto caucásico abortado de 14 semanas (MRC-5), aluminio, mercurio, formol, etanol, acetona, bario, circovirus porcino, E-coli, y células renales de mono. Y para un virus que NO existe, porque no ha sido aislado ni purificado según los Protocolos de Koch. ¡Que Dios los ayude!”. Aparte la desconfianza porque supuestamente “murieron personas que fueron vacunadas, pero el gobierno lo oculta”, jura y perjura el veracruzano Juan y el tlaxcalteca Melecio. Todo en base al “me dijeron”, entre otros “varios médicos”.

La campaña mexicana y global contra el indispensable antígeno, salvo disposición médica en contrario, alcanzará mayores decibeles en la medida que la vacunación masiva –que todavía no lo es tanto– con las 87 472 dosis aplicadas contra covid-19 en el arranque de la segunda etapa de vacunación para adultos mayores, el lunes 15, lo que equivale al 10% de los biológicos de Astra Zeneca que llegaron desde India.

Precisamente por el terreno ganado por los no partidarios de la vacunación y que en la civilizada Europa y Estados Unidos forman legiones, parece indispensable contar con definiciones más enfáticas y frecuentes de López Obrador para con “el pueblo de México”, como él acostumbra llamarlo.

Está perfecto subrayar la voluntariedad para recibir el piquete abajo del hombro y marcar un estricto respeto en el acceso a los programas sociales para todos, pero sería sumamente útil una labor mayor de convencimiento presidencial. Y para ello cuenta mucho la fuerza del ejemplo de AMLO, vacunándose a la brevedad posible, como debió hacerlo desde el 25 de diciembre de 2020, porque como bien dice Obrador “Yo ya no me pertenezco”. Su salud es un asunto de seguridad nacional, aunque suene altisonante decirlo, pero así es.

En el vital tema de la vacunación, “La vacuna es primero”, dijo Obrador parafraseando al presidente Vicente Guerrero, no existe espacio para las ambigüedades, como en mala hora sucedió con el cubreboca, sólo porque a las oposiciones empresariales y partidistas, lideradas por Claudio X. González y otros, se les pasó la mano en el uso abusivo y político del tema.

Acuse de recibo

“Aunque el capital se va de México a Estados Unidos no porque obtenga mayores ganancias, en muchas ocasiones, sino porque se siente protegido en una economía que considera segura, aunque una nueva crisis les demostrará su error. México no les importa, lo que desean son sueños fílmicos más que realidades. Si quiere mejores ganancias deberían irse a China, pero el dragón rojo les mete pánico. Un abrazo”. La opinión del periodista Jorge Meléndez Preciado es acerca de 

AMLO: No tienen “llenadera”