Si bien sólo en Culiacán la prensa registró marchas y manifestaciones festejando la segunda fuga del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, más conocido como El Chapo, es un hecho que un buen sector de la población expresa cierta simpatía por este enorme criminal, y no sólo de sus paisanos o la gente pobre de este país.

Lo anterior no debe extrañarnos, la historia está llena de personajes que habiendo sido grandes delincuentes se tornaron en héroes populares. Desde Robin Hood hasta el Chucho el Roto, se han convertido en ídolos populares que incluso han contado con el apoyo, la complicidad y el encubrimiento de la población.

La literatura, el cine, la televisión, están llenos de estos personajes, el famoso bandolero El Zorro, interpretado en el cine entre otros por el famoso actor español Antonio Banderas. Según algunas fuentes este personaje está inspirado en el salteador de caminos Joaquín Murrieta, de hecho el personaje cuenta con una obra de teatro escrita por el poeta y premio nobel Pablo Neruda que hace muchos años tuve la oportunidad de ver en la carpa geodésica de San Ángel. La nacionalidad de este personaje se lo disputan Chile y México, ya que algunos historiadores aseguran que era de Sonora, territorio de su acción delictiva.

Sinaloa por su parte cuenta con dos importantes personajes históricos, uno de ellos considerado precursor de la Revolución Mexicana, estamos hablando de Heraclio Bernal, el Rayo de Sinaloa, de quien se dice inspiró a Pancho Villa, cuya historia es muy similar. Por otra parte está el famoso y mítico Jesús Malverde, que el enorme dramaturgo sinaloense Óscar Liera lo inmortalizó en la obra El jinete de la divina providencia. Como sinaloense que soy, hay que aclarar que Jesús Malverde no es sólo el ?santo? de los narcos, muchos paisanos le profesan devoción, incluida mi madre, a la que alguna vez acompañé para depositar una piedra (así se le rendía tributo) en una cruz que se decía era su tumba y que por muchos años estuvo a un lado de la carretera a Navolato, ahora ya tiene su capilla, simbólicamente ubicada a un lado de la Unidad Administrativa del Gobierno del Estado.

El historiador Eric Hobsbawm da pistas sobre este tipo de comportamientos histórico-sociales de simpatía por estos personajes transgresores de la ley, particularmente en sus obras Bandidos y Rebeldes primitivos. Según mi versión de este autor, estos personajes cobran más relevancia y acumulan más simpatías en sociedades autoritarias y represivas, más aún si el bandolero atacaba a un personaje de la política que no era bien visto por la opinión pública. ?La tesis clave de Hobsbawm era que los bandidos sociales eran individuos que vivían en los bordes de las sociedades rurales, del robo y el saqueo, y que frecuentemente eran vistos por la gente común como héroes o señales de la resistencia popular? (Bandidos sociales).

Una característica general de estos bandoleros, bandidos, salteadores de caminos y demás transgresores de la ley que ha registrado la historia y que representa una de las causas principales de las simpatías que despierta entre la población, es que buena parte de lo obtenido de sus desfalcos lo repartían entre los pobres. Eso se dice mucho de El Chapo Guzmán, como buen padrino de la mafia se habla de los favores otorgados a la gente, de las obras realizadas en sus comunidades y que la gente ve como un acto de justicia ante una clase política depredadora, abusiva y autoritaria.

No me extrañaría que por todo lo anterior El Chapo tenga mayor aprobación que muchos políticos mexicanos, incluido el Presidente de la República. Habrá que pedirle a Roy Campos, para más señas de origen sinaloense, realice la encuesta correspondiente, los resultados no causarían sorpresa en el contexto de lo aquí expuesto.