Unas cuantas semanas antes de la elección de este año el Senado de la República envió a la Cámara de Diputados la iniciativa de reforma política del Distrito Federal, misma que fue postergada y enviada a comisiones por este último órgano del poder legislativo. El diputado Manlio Fabio Beltrones adujo que no podían discutir un asunto de tanta trascendencia en 24 horas cuando el Senado había tenido 3 años para conocerla, discutirla y aprobarla.
Los diferentes gobiernos del Distrito Federal han promovido esta reforma con el objetivo principal de que esta entidad de gobierno tenga el mismo estatus de los gobiernos estatales, es decir, que el Distrito Federal tenga su propia constitución política y adquiera la categoría de un estado libre y soberano.
Sin embargo, es evidente que la reforma política del DF no se reduce a darle esta categoría que se merece y que debió haberse iniciado desde el momento en que fue electo su primer jefe de gobierno en 1997, podemos decir que esta reforma se ha postergado por casi ya 20 años. Habiéndose instalado y permanecido por todo este tiempo un gobierno de oposición a los distintos gobiernos federales que han ejercido el poder en ese período, es posible presumir que han sido ellos quienes se han opuesto a concretar dicha reforma, ha sido entonces una manera de acotar a los gobiernos de izquierda que han ejercido el poder en la capital de la República.
También es cierto que los distintos gobiernos del PRD no han hecho la labor que se merece esta reforma de especial trascendencia, como lo señala el diputado Beltrones. Pero igualmente conviene señalar que las organizaciones políticas de oposición en el ámbito local no resultan tan beneficiadas por la ausencia de esta reforma como se aduce en el párrafo anterior. Ellos se han visto afectados en particular y entre otras razones, por la falta de representación política en las Delegaciones del Distrito Federal donde nunca han ganado una elección, particularmente el PAN y el PRI.
Lo anterior, en virtud de la ausencia de representación proporcional en dichos niveles de gobierno, cuando en términos demográficos, económicos y políticos algunas delegaciones son más importantes que varias entidades federativas. Puede inferirse que la ausencia de representación proporcional ha permitido mayores niveles de autoritarismo y discrecionalidad en las acciones de gobierno. No nos extrañe entonces los cada vez mayores niveles de corrupción existente en las delegaciones. La representación proporcional podría representar un contrapeso que podría paliar esta grave problemática que afecta a todo el país, pero más aún en la Ciudad de México donde el nivel de participación política y calidad de sus ciudadanos es mayor que en el resto del país.
Pero tampoco Morena y el PRD se benefician de la ausencia de esta reforma en este asunto de la representación proporcional, especialmente donde su presencia es importante pero no obtuvieron la mayoría. Por ejemplo, Morena es segunda fuerza en la Delegación Benito Juárez pero sin representación proporcional no tendrá un espacio de interlocución con el gobierno electo. Lo mismo sería en Iztapalapa o Coyoacán donde la votación fue sumamente reñida.
Hay otros asuntos que debe tocar la reforma política del DF como lo son los relacionados con la democracia directa, esto es, la ausencia de mecanismos característicos de este tipo de democracia como lo son el referéndum, el plebiscito, la revocación del mandato, la iniciativa popular, la consulta pública, entre otros. Es cierto que el atraso al respecto afecta a todo el país y de igual forma es muy probable que su aplazamiento sea deliberado, lo que menos quiere nuestra clase política es verse cuestionada e interpelada por la ciudadanía a través de estos mecanismos.
Aunque depende del carácter y alcances de la reforma política que se apruebe, queda claro que a nadie beneficia su dilación, ni a los partidos, ni alos gobiernos, ni a la democracia mexicana. Es más, la ausencia de esta reforma o reformas puede resultar explosiva, en particular en el Distrito Federal donde la gente cada vez demanda más participación.