Tengo la convicción de que la prensa mexicana está urgida de un debate político distinto, que vaya más allá del chisme, la descalificación personal y la anécdota irrelevante. En ocasiones, empero, el discurso de los profesionales de la política (es decir, los que viven de hacerla) no da para mucho más. Tomo como ejemplo las declaraciones del secretario perredista, Alejandro Sánchez Camacho (al que no hay que confundir con Alejandro Camacho, villano de telenovelas), al decir que ?la consulta panista sobre salarios distrae la atención de la consulta energética? y que ?sólo busca simpatías hacia los comicios de 2015?.[1]
Esto trae varias implicaciones, todas ellas lamentables. En primer lugar, pareciera que la izquierda perredista se considera como inventora y única depositaria de la consulta popular. Si otro partido las hace, no es que se estén sumando a ejercicios democráticos que ellos mismos iniciaron; más bien ?les están copiando?. En segundo lugar, asume que ?el pueblo de México?, con toda la carga retórica del término, no puede tener varias ventanas abiertas al mismo tiempo, es decir, tenemos un cerebro preWindows. Parece que dicen: ?Si voy a concentrar a mis borregos en un tema, no seas así, no les metas otro, sobre todo cuando es un tema del que no sé la respuesta y por eso me incomoda la pregunta. Es más, deberíamos sacar de los diarios, televisión y radio cualquier otro punto que no sea coincidente con la agenda política perredista, que es la que importa?. Y Dios quiera que no se ponga buena la primera división y ?el pueblo? deba repartir su poco criterio entre la consulta energética y su equipo preferido. Si la consulta panista busca simpatías para las elecciones, ¿es que algún partido propondría acciones buscando antipatías? ¿Buscando indiferencia hacia las próximas elecciones? Es una obviedad ofensiva para todos.
Respecto de la iniciativa mancerista para discutir temas económicos con argumentos populistas, no hay que saber Economía (es pedir demasiado), solamente saber Historia. Los incrementos al salario mínimo fueron medidas frecuentemente utilizadas por los peores exponentes del priísmo decadente; vienen a la mente los períodos presidenciales de Luis Echeverría y José López Portillo, por ejemplo, y cuyas funestas consecuencias aún hacen temblar a nuestros padres y abuelos cuando esos apellidos se dicen en voz alta.
¿Qué buscan el PRD con la consulta energética, el PAN con la consulta de salarios y cualquier otro político que mañana salga con una ocurrencia consultable? Tres cosas: la primera, un medio para hacer ruido mediático sobre un tema que ya perdieron en las instituciones, porque o perdieron o saben que perderán si sus temas se llevan a cualquiera de las Cámaras del Congreso de la Unión; la segunda, una forma de legitimar públicamente cualquier acto de resistencia que sus patrocinadores y aliados realicen contra esas medidas, es decir, cualquier toma violenta de pozos petroleros, por ejemplo; la tercera y la más grave de todas, sustituir la responsabilidad política por una democracia directa rudimentaria e injustificable ante temas técnicamente complejos. ?-Oye, trabajador, ¿quieres ganar más de lo que ganas? ?Eh? No.? ?-Mexicano, ¿estás de acuerdo que la mafia en el poder haya regalado tu petróleo a los malvados burgueses internacionales? -Déjame pensar??. Porque cuando se habla de consultas, alguien tiene que diseñar la pregunta, y es imposible que en la forma de redactarla no estén los datos precargados, en temas donde ni los abogados entienden y conocen la totalidad de las normas aprobadas. Por eso es más fácil hacer política desde los extremos que desde el centro; porque los adjetivos sustituyen a los argumentos y los gritos a las ideas. Por eso el PRD está tan cómodo en un país donde los juicios son sumarísimos, mediáticos y sin tener que estudiar nada, nunca. Por eso el PAN (este PAN en específico), donde los ex diputados están peleándose direcciones de área en dependencias oscuras, está recurriendo a los mismos instrumentos. Porque son ilustrativos de la falta de imaginación y de oficio político, tanto desde la izquierda como desde la derecha.
Alasdair Espinoza