Sigue los siguientes pasos:
1. Llena una cubeta con agua, no te excedas en llenarla, no es necesario.
2. Agrega aromatizante o algo que tengas para limpiar pisos.
3. Mete el trapeador al agua, dale volteretas, después exprímelo muy bien (lo tomas por la punta y el medio, te vas poco a poco a los largos del trapeador) lo retuerces poco a poco hasta que éste no tire nada de agua.
4. Tómalo con las dos manos, ponlo sobre el piso y empieza a moverlo frenéticamente de lado a lado con fuerza.
5. Repite las veces que sean necesarias desde el 3er paso hasta que el piso quede bien limpio.
6. Cambia el agua sucia por agua limpia y vuelve a enjuagar el trapeador, exprímelo con muchísima más fuerza que en el paso 3.
7. Ahora pásalo por el piso, casi seco, será la última pasada ¡ya casi terminas!
8. No permitas que nadie pase
9. Espera que se seque...
La mayoría de las mujeres dominan el fino arte del mechudo, unas trapean con “jerga” y jalador, otras más selectas que, para no maltratar sus manos usan esas cubetas con exprimidor incluido, que ni siquiera tienen que tocar y permiten realizar la actividad con menos esfuerzo ¡son estupendas! En fin, trapear es algo ordinario en estos tiempos, tan ordinario que incluso los hombres sin ningún problema lo hacen.
Es enfadoso que un hombre que canta música de banda le pregunten: –¿Qué tipo de mujer te gusta?–, y él conteste: –“si no saben trapear, no sirven como mujeres”–, acto seguido: se arma un despapaye [desorden] en las redes sociales. Después, Julión se disculpa, diciendo que él no insultó a nadie, y que se refería a una mujer a la antigua, a las de antes: “que lo reciban como se merece cuando llegue a su casa, con comida y casa limpia” (bien chapado a la antigua).
Sí, el comentario de Julión fue estúpido, pero no creo que lo haya hecho con mala intención, seguramente tiene un contrato ya firmado con alguna marca de trapeadores, de cloro o limpia pisos, pronto lo veremos en un comercial suplantando a Jaime Camil, por ejemplo.
Los verdaderos fans de Julión no tienen porque estar indignados, no lo tienen permitido, pues la mayoría de las canciones del género bautizado como “banda” habla justamente de eso: mujeres obedientes, siempre dispuestas, que esperan al marido cuidando a los hijos, mientras él está contrabandeando drogas y frecuentando a sus amantes.
En conclusión: cada quien toma los comentarios de quien sea bajo su propio criterio, burlándose, enojándose o valiéndole.
Y para los que no son fans de Julión ni lo conocían, pues bueno, ahí esta… publicidad gratuita. De nada.