Creo que muchos de nosotros hemos visto el video en el que golpean, casi llegando al linchamiento, a un ladrón que creyó que por decir que iba a robar todos se iban a asustar. El tipo llegó a la combi con la seguridad de que iba tomar lo que él quisiera y se iba a ir con las manos llenas de mercancía, como si tomara comida de un buffet. Los pasajeros del transporte colectivo no lo creyeron así.

Como sabe, el compañero que iba a apoyar en el asalto se bajó del vehículo cuando lo arrancó el chofer y antes de que el valiente ladrón huyera le pusieron una tremenda golpiza que hará que piense la próxima vez que busque asaltar a alguien.

Para muchas personas fue, al menos psicológicamente, un escape, un espacio donde se pudo hacer justicia y el malo de la historia resultó vencido. También andan por las redes documentos falsos en los que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos supuestamente busca a las personas que golpearon al frustrado asaltante. El hecho ya fue desmentido por la misma CNDH y no hay ninguna persecución por lo que pasó ese día en la combi.

Según el diario electrónico Vanguardia.com.mx, el Estado de México es la entidad con más denuncias por robo en transporte público, con 3 mil 204 casos, esto representa la mitad de las denuncias que se hacen sobre este tipo de robos en todo México, según los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Era de esperarse que en algún momento la gente se manifestara de esta manera.

En Cadereyta, el senador por Nuevo León, Samuel García, anunció que iba a realizar una clausura simbólica de la refinería que se encuentra en Cadereyta. El anuncio sirvió para preparar al personal de la refinería para hacer una manifestación en contra de las intenciones del senador García, además de reclamarle otras cosas de su gestión.

De cierta manera, los trabajadores de Pemex y García tienen algo de razón. En tiempos de pandemia hacer un cierre, aunque sea parcial, de una planta refinadora donde los trabajadores llevan sustento a sus familias, es un plan muy arriesgado. Aun y cuando García dijo que no iba en contra de sus trabajos si no en contra de la contaminación, el personal de la refinería se vio amenazado y no muy amablemente le pidió a Samuel García que se fuera del lugar.

Con la violencia contenida del encierro y lo que ha pasado con la pandemia, no es tan bueno buscar provocaciones donde se pueden juntar muchas personas. Aunque Samuel solo se llevó una camioneta con un cristal roto, se pudo haber arriesgado a mucho más. La gente de Pemex también se puso en riesgo al registrar una gran concentración de personas sin las debidas precauciones higiénicas. Al final el evento estuvo mal para todos lados, Samuel no pudo realizar su acto y se llevó un cristal roto; los trabajadores de Pemex tuvieron más contacto del necesario y se ponen en riesgo de un posible brote de COVID-19 por la manifestación.

Hay mucha información en las redes y ahora la gente no reacciona como antes. En el caso del ladrón de la combi, pensó que diciendo que era un asalto la gente iba a reaccionar asustada y lo “iban” a dejar hacer su trabajo. En el caso de Samuel, tal vez el pensó que los trabajadores de Pemex le iban a hacer una valla para la clausura simbólica porque es algo justo y tampoco fue así. La gente reaccionó con rabia.

La reacción de un pueblo enojado es explosiva, como lo vivieron en estos dos actos, pero también hay reacciones inteligentes por el mismo enojo. Ayer, en Monterrey, una pareja de los llamados “influencers” realizó un evento que va en contra de lo sugerido y ordenado por la Secretaría de Salud de Nuevo León. Muchas personas, sabiendo del evento, empezaron a reportarlo para que las autoridades lo suspendieran. El evento cambio de lugar, las autoridades buscaron donde se iba a realizar y lo suspendieron a pocos minutos de que este había empezado. Estos “influencers” no entendieron la gravedad y las consecuencias del evento que realizaron, las personas que lo reportaron sí. Esperemos que este tipo de reportes se sigan dando cuando ocurran este tipo de eventos. También esperemos que las autoridades reaccionen por igual a todos los llamados, ya sea un evento como el que suspendieron o la boda de algún personaje de los ricos y poderosos.

Que en nuestro círculo cercano no existan casos de COVID-19, o que si existan pero que hayan pasado de una manera leve, no hace que en la comunidad donde nos desenvolvemos no exista el virus. Hay que seguir cuidándose y cuidándose muy bien hasta que pase lo más fuerte del contagio que, al parecer, todavía no ha llegado.