La última vez que hubo una toma del Capitolio fue en 1812 cuando las fuerzas británicas prendieron fuego al emblemático edificio estadounidense. Desde entonces a nadie se le había ocurrido hacer algo similar.

Ayer pasó algo sin precedentes en una nación que ha sentado sus bases en principios democráticos. Una multitud de cientos de personas entraron de manera violenta al Capitolio con la encomienda de detener algo que todo el mundo sabía que iba a pasar, el nombramiento de Joe Biden como presidente de los Estados Unidos. Lo que agrava la situación es que el llamado a hacer esto lo hizo el todavía presidente Donald Trump.

“You will never take back our country with weakness” (Nunca recuperarán nuestro país con debilidad) dijo Donald Trump para incitar los hechos lamentables que vimos ayer y que tuvieron como consecuencia la muerte de varias personas.

Los manifestantes entraron como “Juan por su casa” al Capitolio y tomaron posesión de este sin ser reprimidos, como sí lo son las protestas en otros estados, a pesar de haber entrado a un edificio donde se encontraban los máximos representantes políticos del país, en un acto donde se nombraría oficialmente al próximo presidente de los Estados Unidos. Pudiera parecer que la autoridad en ese edificio tenía instrucciones de no detener a las personas que estaban causando este desmán. Si lo vemos con la cabeza más fría, imagine que la policía hubiera reaccionado de forma violenta sobre los manifestantes: seguramente esto hubiera enardecido más a las masas y esto estuviera todavía peor.

Trump ha llamado traidores a todos los que no están de su lado, hasta el vicepresidente Mike Pence que fue el encargado de dar como ganador de las elecciones presidenciales a Joe Biden en su papel de presidente del senado.

Joe Biden ha pedido públicamente a Donald Trump que hable sobre los hechos de anoche, pero, al menos hasta hoy, su petición no ha sido considerada por el actual presidente.

En Washington muchas fuerzas políticas buscan la cabeza de Trump con el famoso Impeachment, que sería retirarlo de la responsabilidad de ser presidente de inmediato. Este proceso tomaría más de lo que falta para que Trump deje de ser presidente, por lo que seguramente no se llevará a cabo.

Ayer, la red social Twitter le pidió a Trump que borrara tres tuits donde que se relacionan con lo que pasó en la tarde noche de ayer en Washington, además de que se le avisó que su cuenta sería bloqueada por 12 horas por lo publicado.

Mark Zuckerberg fue todavía más allá, dijo en un post “Los alarmantes eventos de las últimas 24 horas demuestran que el presidente Donald Trump pretende usar el tiempo que le queda como presidente para minar la pacífica y legal transición de poder a su sucesor electo, Joe Biden”. “Pensamos que los riesgos de permitir que el presidente use nuestro servicio son simplemente muy grandes. Por lo tanto, estaremos extendiendo el bloqueo que hemos puesto en sus cuentas de Facebook e Instagram indefinidamente o al menos por las próximas dos semanas hasta que se complete una transición de poderes pacífica” escribió Zuckerberg.

Las preguntas que quedan en el aire son: ¿Lo que sucedió en el Capitolio solo será un episodio aislado o es la punta del iceberg del inicio de una serie de protestas por la idea que tienen muchos de los que apoyan a Trump sobre el robo de las elecciones? ¿Seguirán pensando los trumpistas que les quitaron a su país? ¿Qué otras reacciones podría causar Trump de aquí al 20 de enero desde el poder? ¿Qué pasará con el ala Trumpista violenta después de que Biden tome posesión?

La gran mayoría de los partidarios de Trump no son violentos pero los pocos que lo son pudieran causar más manifestaciones.

Los expresidentes Barack Obama, George W. Bush, Bill Clinton y Jimmy Carter han condenado duramente lo que pasó ayer en Washington. Bush dijo “Esto es como se disputa una elección en una república bananera no en nuestra república democrática”. Obama dijo que este día será recordado como un momento de gran deshonor y vergüenza. Carter denunció lo que pasó ayer como un día de tragedia nacional y dijo “no es lo que somos como nación”.

Coincidieron Bush, Clinton y Obama en que los manifestantes violentos estaban llenos de falsas esperanzas y mentiras. Los expresidentes lamentan que este tipo de comportamientos se den y están preocupados por la falta de respeto hacia las instituciones, las tradiciones políticas y hacia las autoridades.

Esperemos que la manifestación de ayer solo haya sido una manifestación aislada y que no surja ningún tipo de violencia de aquí al 20 de enero y en los días posteriores. Seguramente seguirá habiendo fuertes críticas hacia todo lo que haga Joe Biden en los próximos 4 años, pero será desde otra tribuna. Los Republicanos tendrán mucho trabajo que hacer para deslindarse de este trágico episodio. Mientras tanto , los demócratas, sin estar en el poder todavía, ya están ganando la elección del 2024 uno a cero.