Raymundo Riva Palacio y sus cosas. Me cae bien este periodista, a pesar de que suele ser muy majadero cuando se refiere a mí. Ha vivido, profesionalmente hablando, tiempos mejores que los actuales. Pero, aunque anda un tanto a la baja, sigue siendo un columnista muy divertido que disfruto leer.
Es muy amigo de Rafael Jiménez, el encuestador de Felipe Calderón. Así que supongo que fue este analista el que dio a Raymundo los datos estadísticos en los que se ha basado para contar (y vaya que Riva Palacio cuenta, de cuento) cómo fue que tuvo que operar Calderón para salvar a Enrique Peña Nieto de la derrota electoral de 2006.
Jiménez es un chico inteligente, pero carece de malicia política. Al menos, no es tan perverso como su jefe Calderón. Así que tuvo que haber sido el ex inquilino de Los Pinos (ya ha abandonado la residencia oficial para que la remodele Peña Nieto) el de la idea de “vender” al presidente electo la tesis de que no habría ganado sin la intervención del esposo de la principal precandidata del PAN para el 2018, Margarita Zavala.
En un par de columnas publicadas en www.vanguardia.com.mx, Riva Palacio da a conocer que la estrategia para hacer caer a Peña Nieto (¡obviamente diseñada por Rafael Jiménez!) fue tan eficaz que, los tracking polls o encuestas diarias elaboradas por Jiménez para el PAN y su candidata Josefina Vázquez Mota, mostraron que el mexiquense empezó a ir cuesta abajo desde el primer mes de la campaña.
La caída de Peña Nieto, según Riva Palacio, se debió única y exclusivamente a la campaña de spots de TV negativos con que lo atacó el PAN, spots cuya esencia fue diseñada por el señor Jiménez.
Es decir, Peña Nieto no tuvo más problemas que los spots panistas. En la historia contada por Riva Palacio el evento que, para todos, porque todos lo vimos en vivo y a todo color, más dolores de cabeza provocó al mexiquense, la protesta del #YoSoy132, simple y sencillamente no existió.
Según Riva Palacio, a Peña Nieto lo desplomó la campaña de TV del PAN, algo que ninguna encuesta vio, excepto ese tracking del que ahora habla y que nadie conoció antes.
El problema para el PAN, en especial para Calderón, fue que los puntos que supuestamente Peña Nieto perdió a causa de los spots diseñados por Jiménez no fueron a dar a la candidata panista Vázquez Mota, sino al izquierdista Andrés Manuel López Obrador.
Así, dice Riva Palacio en su asombrosa historia, a principios de junio, un mes antes de las elecciones presidenciales, López Obrador superaba por mucho a Peña Nieto. Y esto preocupó a Calderón, tanto que decidió intervenir para que el PAN dejara de atacar al mexiquense con spots de TV.
Felipe Calderón, pues, salvó a Peña Nieto.
¿Todo eso se oye ridículo? Sin duda. Y es no solo increíble (la verdadera historia de la campaña presidencial de 2012 es otra), sino una ingenuidad de Rafael Jiménez o de su jefe Calderón operar en los medios con los columnistas amigos para empezar a vender la idea de todo lo que Peña Nieto le debe al esposo de doña Margarita.
La historia contada por Riva Palacio es falsa por varias razones:
Para empezar, los spots del PAN contra Peña Nieto no se suspendieron en todo el proceso electoral. Es verdad que, cuando López Obrador rebasó a Vázquez Mota, los panistas también dirigieron su ofensiva contra el tabasqueño, pero sin olvidarse de atacar al priista.
Sí se redujo la ventaja de Peña Nieto sobre López Obrador, pero no por las maravillas de la estrategia panista, sino por el surgimiento del #YoSoy132 que fue muy bien aprovechado por la campaña de Andrés Manuel.
En ninguna encuesta publicada, excepto en las del propio López Obrador, este aventajó a Peña Nieto. Inclusive las encuestas que dio a conocer el propio Rafael Jiménez, del PAN, mantuvieron hasta el final la ventaja de Peña Nieto.
Lo que restó fuerza al crecimiento de López Obrador no fue la ausencia de spots panistas en su contra (siempre estuvieron ahí), sino la campaña negativa con que el PRI lo atacó, sobre todo la relacionada con el audio del pase de charola en el que un asesor uruguayo pidió millones de dólares para AMLO.
En su escrito, mi amigo Raymundo prácticamente no le da ningún mérito a lo realizado por el equipo de campaña de Peña Nieto, que algunas cosas hizo bien, sobre todo al defender a su candidato en redes sociales en las que se libró la más complicada batalla del 2012 electoral.
Peña Nieto, correctamente asesorado por Luis Videgaray, Miguel Ángel Osorio Chong, Jesús Murillo Karam, David López, etcétera, supo reaccionar para adaptarse a las circunstancias cambiantes, sobre todo cuando estas le perjudicaban.
En la primer gran crisis de Peña Nieto, antes del arranque formal de la campaña, la de la Feria del Libro de Guadalajara, un hecho que le quitó más popularidad que toda la campaña panista de TV sobre sus presuntas promesas incumplidas, Peña Nieto reaccionó con humildad, en particular después de que las cosas se agravaron por la intervención de su hija menor de edad.
Al #YoSoy132 Peña Nieto y su equipo le respondieron rápidamente con un decálogo democrático y, al mismo tiempo, le pidieron a uno de los voceros priistas que con sus declaraciones más había enardecido a los estudiantes, el hábil senador Emilio Gamboa que esa vez falló, que dejara de opinar.
Desde luego, la campaña negativa de spots del PAN en su contra perjudicó a Peña Nieto, pero no tanto como dice Riva Palacio, ya que los priistas estaban preparados para responder, como lo hicieron, con otros spots.
Si la guerra electoral hubiera sido solo de spots, un terreno en el que Peña Nieto y el PRI se mueven mejor que los panistas, el mexiquense habría ganado sin problemas la elección.
Las cosas se le complicaron a Peña Nieto en la calle por las movilizaciones del #YoSoy132 y, muy en especial, debido a la cobertura amplísima que Televisa dio a los estudiantes.
Emilio Azcárraga y Bernardo Gómez se asustaron cuando vieron a los estudiantes plantados afuera de Televisa, y les dieron una cobertura increíblemente favorable.
En fin, la historia contada por Raymundo será "secreta", pero carece de lógica y de sustento en los hechos.
Pero, bueno, en honor al señor Riva Palacio, diré que se non e vero e ben trovato, es decir, si su historia es falsa está muy bien contada. Lo felicito.