?El turismo se hace con amor?, me dijo en cierta ocasión una reconocida empresaria y promotora incansable de Cancún. Suena romántico, idealista, aunque su afirmación tiene eco en situaciones específicas: el miércoles, el presidente municipal Paul Carrillo entregó 12 distintivos en la segunda emisión del programa ?Ponle una Estrella a Tu Servicio Turístico? a quienes brindan una atención brillante a visitantes nacionales y extranjeros.

?Es un reconocimiento del gobierno municipal hacia los empleados que cumplen su tarea con amor a su ciudad, a su familia y con profesionalismo todos los días?, sintetizó Paul en dicha oportunidad. Con amor, repitió par de veces. Y tiene razón, porque son miles los empleados que fortalecen el liderazgo del destino con esa labor inigualable. Por esto mismo muchos turistas vuelven, lo cual a la postre se convierte en ventaja competitiva.

Gracias a ellos, la marca Cancún, que también representa el primer destino en América Latina, se ha convertido en sitio preferido por millones de viajeros, posee un promedio de ocupación hotelera acumulada en el año cercana al 87% y demuestra que mantiene tanto el empleo como la generación de ingresos, dejando atrás las llamadas ?temporadas bajas?.

No es poca cosa: el trato amable, la sonrisa y la calidez de gente positiva han contribuido a que México figure entre los 10 principales destinos del mundo al sumar 29.1 millones de viajeros internacionales el año pasado y con derramas económicas históricas, siendo el Cancún de Paul el líder en el país.

A lo que voy: Cancún no solo se ha sido distinguido por sus bellezas naturales únicas, sino por ese trato amable de los prestadores de servicios, quienes robustecen la imagen positiva de una marca exitosa. En este sentido, las estrategias, la promoción y la publicidad encuentran sustento en quienes hacen posible un entorno favorable.

Por último, debe destacarse la relación gobierno-empresarios, más sana que nunca. Desde la capacitación para los trabajadores, hasta las inversiones, se deben a los mecanismos de colaboración facilitados por una administración que busca, también, el mejoramiento de la infraestructura, el desarrollo de los productos turísticos, la sustentabilidad y la calidad de los servicios, fortaleciendo el recurso humano como prioridad de largo plazo.

DESORBITADO

Los temas de la seguridad deben abordarse con visión integral, donde el ciudadano también comparte un grado de responsabilidad. Hay derechos y obligaciones en el ámbito cívico que parecen olvidarse por falta de arraigo y pertenencia, por lo cual algunos critican sin tino ciertos hechos, como el asesinato contra la estudiante de la Unicaribe. No faltan quienes emprendieron una burda campaña en redes sociales contra Cancún, ?alertando? a los turistas que en el destino número uno violan y matan. No es por ahí. Es justo condenar una aberración, pero con críticas destructivas, exagerando o torciendo la realidad, y culpando de todo a las autoridades, no se avanza mucho.