Opinión de Marco Aponte

    Acapulco paga el precio

    hoy también es el empresario, la ama de casa, el estudiante, la tiendita de la esquina y muchos más los afectados por los malos gobernantes que hemos elegido .
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     En el 2015 en Acapulco tendremos la oportunidad de elegir nuevo presidente municipal. La pregunta no es si estamos satisfechos con el actual presidente que se encuentra acabando su periodo, la pregunta debe ser si los acapulqueños se encuentran lo suficiente informados sobre las elecciones en puerta. De unos meses atrás en las calles del puerto, partes traseras de camiones o espectaculares disfrazados de portadas de revista podemos ver las caras de varios personajes políticos, varios de ellos parecen ser caras nuevas lamentablemente con padrinos viejos. 

    La falta de información y cultura sobre la política en nuestro puerto dejaron abierta la puerta para estrategias electorales sumamente anti democráticas, como decía Platón: "El precio de desentenderse de la política es ser gobernados por los peores hombres". 

    No puedes hablar de democracia buscando heredar municipios. No puedes hablar de democracia cuando los partidos políticos llevan años secuestrados. No puedes hablar de democracia cuando las elecciones no se ganan en debates si no aprovechándose de la necesidad de uno de los estados más pobres de México.

     Es el momento en que la sociedad civil se interese por las cosas públicas, adquiera más información sobre sus derechos y conozca las vías pacíficas anteriormente usadas en otras partes del mundo para pasar del miedo a la esperanza. La información es el arma más poderosa en estos casos y si logramos compartirla con el sector de la población a la que siempre se le ha negado, podremos sumar conciencias y voluntades. 

     Hoy ya no sólo es el niño de la calle el afectado o el indigente desnudo, hoy también es el empresario, la ama de casa, el estudiante, la tiendita de la esquina y muchos más los afectados por los malos gobernantes que hemos elegido. Llegó la hora de que las ideas de los jóvenes no acaben en una simple pega de calcomanías y con toda esa energía que los caracteriza tomen un camino diferente al que tomaron las generaciones pasadas.