El 6 de julio de 1988 fue un año negro para la historia del país, a partir de los resultados de esa jornada electoral y de la asignación de los puestos de elección popular fue un cochinero de grandes proporciones. Basta con decir que hubo dos resultados diferentes en la elección de Presidente de la República: el de la Comisión Electoral Federal y el del Colegio Electoral de la Cámara de Diputados. 

El fraude electoral empezó dos años antes, cuando en 1986 surge dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) una corriente que exigía mayores espacios democráticos. Había militantes que ya no querían más totalitarismo en las decisiones partidarias, así es como exigen participación en los procesos de selección de candidatos; rehúyen el “dedazo” como método para seleccionar personas, sean funcionarios públicos o candidatos. 

Octavio Paz en su obra el Ogro Filantrópico describe como sería una fractura del PRI la creadora de una vida política con más diversidad, dejaría de ser el totalitarismo y autoritarismo como ejes del gobierno príista. Eso fue lo que sucedió con la Corriente Democrática liderada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo como personajes visibles. 

Durante 1987 fueron ganando adeptos por su discurso filoso contra el PRI, sus métodos, sus acciones de gobierno y tomaron una particular imagen durante los procesos inflacionarios de 1987. Así fue como varios príistas de abolengo serían expulsados del partido para que fueran postulados como candidatos por otros partidos políticos de menor tamaño en el proceso electoral de 1988. 

Fue la primera vez que en el México moderno que se conformó un frente electoral con varios partidos con registro como eje: el Popular Socialista (PPS), el Autentico de la Revolución Mexicana (PARM), el Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN) , Demócrata Mexicano (PDM). Posteriormente el Frente Democrático Nacional (FDN) quedaría conformado con la adhesión del Partido Mexicano Socialista (PMS) cuyo candidato era el Ingeniero Herberto Castillo Martínez y declinó a favor de Cárdenas Solórzano. 

Desde el primer momento siempre hubo hostilidad para con los simpatizantes del FDN y así transcurrió la campaña electoral con un abrumador seguimiento mediático para Carlos Salinas de Gortari (CSG) candidato del PRI. Se comprobó que en algunos casos, el Noticiario 24 Horas transmitía el 70% de su información sobre CSG. Igual con los medios impresos y radiofónicos, no había más candidatos más que el del partido en el gobierno. 

La animosidad de la estructura del PRI contra todos aquellos simpatizantes de la Corriente Democrática redundaba en rechazo y expulsión de las filas del partido. Como decían en aquellos entonces se arriesgaban a “vivir fuera del presupuesto” pero la valentía de este grupo de hombres ha hecho un México más plural, no sé si con justicia pero más diverso políticamente si lo logró. 

Así llegan a ese fatídico 2 de julio de 1988 cuando el responsable de la red de cómputo para contabilizar los resultados de las actas de casilla por parte del Frente Democrático Nacional fue asesinado como un acto de gobierno. Francisco Javier Ovando Hernández y su secretario Román Gil Heráldez fueron asesinados a mansalva en calles de la Colonia Transito del DF, su participación en el conteo de la elección era fundamental para saber un resultado final. 

En aquel tiempo las elecciones las organizaba la Secretaría de Gobernación por medio de la Comisión Federal Electoral era un asunto de Gobierno, no participaban más que funcionarios públicos afiliados al Partido revolucionario Institucional. No había imparcialidad en la organización de los comicios en México y por ello la selección de lugar donde se instalaban las casillas era la pieza clave para alterar el resultado de la elección. 

La Jornada Electoral del 6 de julio resultó ser completamente igual a lo acontecido en elecciones previas pero con una diferencia, las acciones se debieron incrementar porque ya había una verdadera oposición. La primera acción fue la colocación de las casillas. La mayoría se ubicaba en comercios pertenecientes a militantes del PRI, las que no lo estaban se pasaron a lugares con características iguales o de plano nunca se instalaron. 

¿Por qué hubo fraude?. No solo se pusieron en práctica las acciones que cada tres años hacían en tiempo de elecciones: Rellenar urnas, embarazar la lista nominal (votaban más de los que estaban en ella), alteran las  actas de votación, el “ratón loco” o “carrusel” donde varias personas transportadas iban de casilla en casilla votando en cada una de ellas; sobre todo el cambio en su ubicación o de plano su no instalación. 

Además ya fue significativa la participación de los medios masivos de comunicación que ya tenían un arraigo como método de entretenimiento en la sociedad mexicana. No solo mintieron descaradamente sino que desinformaban sobre ciertos casos que sucedían y tergiversaban, mentían descaradamente en los hechos. N solo lo fue la prensa (que ya había mostrado su sometimiento en masacres como la del 68 y 71), las estaciones de radio también actuaron para engañar. 

Pero fue Televisa (Imevisión era del Gobierno) quien tuvo una espectacular participación en las elecciones, antes de ella tuvo como campaña central denostar no solo a Cuauhtémoc Cárdenas sino también a Don Lázaro, su padre y ex Presidente de México. El día de elección todavía pasó una entrevista con CSG en horario familiar y después de las elecciones, Televisa, se dedicó a dar su propios resultados, aunque no coincidieran con los de la Secretaría de Gobernación. 

Pero lo que quedó en la historia para confirmar el fraude fueron dos declaraciones que aún hasta la fecha están inscritas en la nefasta historia de los procesos electorales en México. Cuando Manuel Bartlett Díaz, actual candidato a Senador por el Partido del Trabajo en Puebla, dijo que no habría resultados de la Jornada del 6 de julio porque el “sistema se había caído”, se debía esperar. Posteriormente a la una de la mañana del 7 de julio de 1988, cuando la Secretaría de Gobernación intentaba resolver el “problema” del sistema, Jorge de la Vega Domínguez (Presidente del PRI) declaraba que “el PRI había obtenido un triunfo claro, rotundo e inobjetable y que tenía las pruebas de ello”. 

Aunque Carlos Salinas de Gortari tuvo el 50% de los votos, Cárdenas 31%, Manuel Clouthier 16% nunca se sabrá con certeza el resultado. Primero porque cuando la CFE dio a conocer sus resultados de votos totales dio una cantidad. Cuando al final el Colegio Electoral de la Cámara de Diputados no validó estos, si dio otros con una diferencia de miles de votos totales de la elección. Y así quedó en la historia con dos resultados diferentes. 

Al año siguiente un incendio en la Cámara de Diputados, que destruyó casi todas sus instalaciones, no quemó la papelería electoral de las elecciones de 1988. Sin embargo en 1991 el Partido Revolucionario Institucional con la ayuda de la bancada del PAN todo ese material se destruyó, para que la verdad histórica nunca se supera, mucho menos el análisis académico, científico y judicial para que no se volviera  repetir. 

El PRI sabe de todas las mañas para ganar una elección, ellos han perfeccionado el sistema de compra de votos desde muchas décadas atrás. En este proceso electoral del 2012 lo han demostrado en toda su magnitud. Endeudan Estados para usar ese dinero para comprar consciencias y se puedan instaurar (perpetuar) en el poder. 

La serie completa de Historias Macabras del PRI.

1985. http://bit.ly/PWDhyL

1994. http://bit.ly/NDBfnO

El “Error” de Diciembre http://bit.ly/MmCAQh

La Violencia http://bit.ly/OxHZpT

Devaluaciones http://bit.ly/N76zGT