Han pasado dos semanas de campaña y, como habíamos anticipado, la oposición se ha lanzado con todas las herramientas perniciosas que puede dentro de la cancha electoral. En tierra, por ejemplo, lo hace con algunos columnistas que tienen afinidad con la derecha. De igual forma, los legisladores que pertenecen al PRIAN han tomado una postura similar o, mejor dicho, una concepción sincronizada y sistemática. A su vez, hay una hostilidad diseñada desde las redes sociales y, de paso, exhiben su burda estrategia con bots. Para ellos, dice Jorge Castañeda, es fundamental los chismes y la guerra sucia. La cuestión es que, de manera paradójica, eso abonará más al triunfo de Claudia Sheinbaum.

Siendo así, la estrategia de Xóchitl es, sea cual sea el recurso, una maniobra fallida, máxime por la descarada forma que lo intentan llevar a la práctica. Comprendemos el grado de desesperación que sienten desde el cuarto de guerra de Gálvez, pues la campaña para el Frente no prende. Sin embargo, nada justifica la forma en que intentan persuadir a la población civil. Se nota que tienen mucha prisa por posicionarse en el mapa de la competitividad. La buena noticia para Morena, es que Claudia Sheinbaum, pese a la atmósfera que se ha generado, sigue creciendo en las encuestas. La abanderada del lopezobradorismo, de hecho, está encaminada al triunfo inminente.

Es simple: mientras Xóchitl se hunde en un agujero, Claudia sigue afianzándose con el pueblo de México. Esa es la irritación y la molestia de la oposición. Por eso es la guerra sucia. Ese impulso a rajatabla, a propósito, pone más en detrimento al Frente Amplio por México. El más claro ejemplo de esa degradación que vive el PRIAN, fue la propuesta que lanzó en el legislativo federal. Quieren, como una estrategia perniciosa, aprovecharse de una situación para pedir la desaparición de poderes en Guerrero. De hecho, coincido con Ricardo Monreal, que, con toda la experiencia acumulada, dijo que se trata de un recurso electorero.

Por cierto, el coordinador de los senadores de Morena, como estratega clave de Sheinbaum, está jugando un papel crucial. Me refiero a la defensa y posicionamiento que, desde luego, es fundamental para que Claudia gane la presidencia de la república. Inclusive, se estima, de acuerdo con las encuestas de opinión, que Morena triunfe el próximo dos de junio con más del 50% de la votación. A lo largo de estos días, como se ha hecho una costumbre, las evaluaciones apuntan a una victoria en las 32 entidades federativas y, con ese efecto, ganar 8 o hasta nueve gubernaturas.

Siendo Monreal uno de los principales protagonistas de la transición política del país, está jugando un papel determinante en la campaña presidencial de Claudia. No solamente es estratega de campaña en uno de los rubros más relevantes para el armado territorial, sino una de las voces más elocuentes y mesuradas. A su vez, sabemos, el control político que tiene en el legislativo federal, por cierto, abrió el abanico para coronar el proceso de la 4T con la serie de iniciativas que envió López Obrador. Por eso regresó Ricardo Monreal. De hecho, el mandatario se sigue apoyando en él en un momento decisivo como el que vivimos en la actualidad.

Hace un par de días, por ejemplo, Ricardo Monreal demostró porque es, desde cualquier punto de vista, un actor que influye poderosamente en los temas de la agenda pública. Es más, el zacatecano tiene toda la razón, pues la oposición, que está contra las cuerdas, usa cualquier pretexto para intentar incidir en el ánimo social. La propuesta de la oposición, queda claro, es un recurso electorero y, de paso, una muestra clara del grado de desesperación que vive el Frente Amplio por México. Por esa sencilla razón han optado, como en elecciones pasadas, por la misma estrategia de guerra sucia.

En cambio, Claudia Sheinbaum ha tomado con mucha responsabilidad el proceso presidencial, le apuesta a las propuestas y al trabajo territorial que, por cierto, se ha visto desbordado a lo largo y ancho del país. Y no solamente conserva un margen importante de distancia a su favor, sino que con el paso de los días lo incrementa.

Ya que hablamos de Ricardo Monreal, a propósito, un gesto de amabilidad y flexibilidad significó el encuentro que sostuvo con padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa. De entrada, ese hecho tendrá una relevancia significativa para seguir abriendo los canales de comunicación. Recordemos que, en ese tema, el gobierno de la república ha sido empático para llevar a cabo el asunto con toda la responsabilidad social que merece. En esa situación también coincido con Ricardo Monreal, que siempre, hay que reconocerlo, tiene un espacio para dialogar sobre los temas de mayor interés del país. De hecho, eso marcó la diferencia en este periodo legislativo, pues el Senado, durante más de cinco años, ha sido un punto de apertura para tratar un sinfín de rubros coyunturales.