Hace un par de días Claudia Sheinbaum impuso condiciones al ganar el debate que organizó el INE. Es probable que, con ello, veamos un crecimiento en las encuestas y, de paso, un descenso para el Frente Amplio por México que ha demostrado ser un desastre como alianza. De hecho, no podemos pedirle más nivel para competir —pues el reflejo del desencanto— se traduce en lo que ha sido el proceso de campaña de Xóchitl. Y alguien que ha sido incapaz de construir las circunstancias, está condenado al fracaso electoral. Inclusive, lo que atestiguamos el domingo con la demostración del segundo debate presidencial es la radiografía que viviremos dentro de cuatro semanas que salgamos a tomar decisiones.

Es muy claro: Claudia Sheinbaum será la próxima presidenta constitucional de México; el segundo lugar, queda claro, se disputará en una batalla álgida entre el PRIAN y Movimiento Ciudadano. Será una dura lucha que, de hecho, puede escalar en la guerra sucia para ganar el mayor número de votos posibles. En lo demás, no hay duda de ello, está prácticamente cantado para la causa lopezobradorista. Inclusive, todas las encuestas de salida, sin excepción alguna, calificaron como exitoso el curso del segundo intercambio de ideas que, para la coalición Seguimos Haciendo Historia, fue aprovechado al máximo al provocar gran efecto en la intención del voto.

El domingo fue uno de esos días perfectos para la candidata de Morena. De entrada, llegó muy motivada luego de darse a conocer dos encuestas que, a nivel nacional, son de mucha credibilidad y confianza. Hablamos del sondeo que divulgó El País y El Economista. Ambas metodologías, por cierto, le dan una ventaja monumental a Sheinbaum. Sumado a ello, otro de los aspectos positivos fue, sin lugar a dudas, el respaldo del primer círculo que armó Claudia para el proceso de campaña. He ahí la gran diferencia entre una fuerza y otra. De ese modo, eso ha sido de gran ayuda para impulsar el trabajo por tierra. Lo que hace Ricardo Monreal, por ejemplo, es una tarea quirúrgica para organizar la labor de enlace terrestre con las 32 entidades federativas que, sabemos, tienen liderazgos que fungen como puente de interlocución.

Tras bambalinas, en definitiva, Ricardo Monreal ha sido crucial no solamente en la tarea que le delegó Claudia Sheinbaum para el quehacer territorial, sino como una de las voces con mayor protagonismo en el país. Toda la experiencia y capacidad que puede aportar el zacatecano, queda claro, ha sido aprovechada por la candidata presidencial al máximo. En ese sentido, Claudia le imprime su estilo particular. Inclusive, por tratarse de un evento de esa naturaleza y por su importancia, cada uno de liderazgos más significativos de Morena cobijaron a su abanderada al inicio y, por supuesto, al finalizar y salir triunfadora.

Una postal, al finalizar el encuentro, retrató el buen ánimo que reina en el seno lopezobradorista. Junto a Claudia Sheinbaum, por ejemplo, apareció su esposo Jesús, compañero de vida de la candidata y pieza clave de motivación. De igual forma, otro de los precursores del movimiento, como Marcelo Ebrard, que lo hemos visto más de lleno en las actividades, estuvo muy cerca. Él, desde luego, tiene mucho potencial que aportar y, en este último tramo de la campaña, su experiencia en comicios electorales será determinante. Lo mismo Mario Delgado, coordinador general. Y qué decir de Clara Brugada, próxima jefa de gobierno de la Ciudad de México. Tras bambalinas, de igual manera, estuvo presente Omar García Harfuch y Ernestina Godoy, futuros senadores de la república.

Claudia Sheinbaum, candidata de Morena por la presidencia de México

Encabezados por Claudia Sheinbaum, también se dieron cita muchos cuadros importantes que, a la par, están realizando un trabajo fundamental en diferentes trincheras. Es, por cualquier ángulo que queramos ver, un equipazo el que diseñó y armó la abanderada de la coalición Seguimos Haciendo Historia. Eso, en definitiva, está marcando una gran diferencia en plena campaña presidencial. Si analizamos detalladamente eso, todo juega a favor de Sheinbaum.

En palabras más simples, no hay forma de superar un equipo que, tras bambalinas, se está entregando al máximo para conquistar el objetivo principal: coronar la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación. De hecho, lo que estamos atestiguando nos acerca a lo que viviremos el próximo dos de junio, máxime porque será un hecho histórico sin precedentes en la vida pública del territorio nacional. Entonces, una vez más, triunfará la voluntad popular de las mayorías que han decidido darle nuevamente el voto de confianza al lopezobradorismo, eso sí, acompañado de un equipazo de transición.