Un ingeniero mexicano de la UNAM desarrolló una cápsula resistente a sismos, la cual ayudaría a proteger a las personas ante la caída de edificios, intoxicaciones e incendios, y cuya batería y alimento en su interior podrían durar hasta un mes.

La cápsula denominada K 107 se realizó con distintos materiales como aleación de polvo titanio con acero, su tamaño es similar al de un refrigerador y oscila entre dos metros 10 centímetros para adultos y un metro para niños.

La estructura está conectada a la alerta sísmica y tiene su propia alerta de respaldo, que es la que se utiliza en Japón, dijo Reynaldo Vela Coreño en entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Al iniciar un sismo ambas alarmas se activan y la persona en lugar de buscar el conocido triángulo de la vida, se introduce en la cápsula y una vez adentro, mediante un software se informa sobre la magnitud del temblor, el tiempo y su duración.

Debido a que los materiales de la cápsula son de importación, el modelo básico tendría un costo de alrededor de 22 mil pesos, que podría cubrirse en pagos diferidos y subsidios para poblaciones con menos recursos, comentó Vela Coreño.

El modelo cuenta con un sistema de agua de consumo humano y un tanque de oxígeno con una mascarilla para que se utilice en caso de colapso del inmueble. Sólo se requiere cambiar el depósito del agua cada seis meses y cada dos años y medio el del oxígeno.

Además, K 107 dispone de su propio banco de baterías de litio, de iluminación tipo Led y un sistema de localización GPS con respaldo de una red independiente de 18 satélites, lo que permitiría ubicarla en tiempo real, aunque se caigan las telecomunicaciones.

Con información de Notimex.