Estrictas leyes que reduzcan la venta de comida chatarra y bebidas azucaradas podrían contribuir a que disminuya la obesidad infantil, señala un estudio nacional sobre las leyes estatales en esa materia.

No existe un método infalible e incluso los especialistas en obesidad que ensalzaron el estudio reconocieron que las medidas son políticamente delicadas, por su parecido con el "estado niñera" y a las que se oponen la industria y las escuelas que dependen de los ingresos de comida preparada.

Empero, si las leyes tuvieron así sea un efecto mínimo, "¿cuál es el inconveniente de mejorar hoy el ambiente alimenticio para los niños?", preguntó el doctor David Ludwig, especialista en obesidad de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard y del Hospital Pedriátrico de Boston. "No se puede empeorar más la situación actual". Los niños del estudio ganaron menos peso al comenzar la adolescencia si vivían en estados con leyes consistentes y contundentes frente a los que carecen de leyes que regenten ciertas comidas en las escuelas. Por ejemplo, los niños con 1,52 metros (5 pies) y 46 kilos (100 libras) de peso ganaron un promedio de un kilo menos (2,2 libras) si vivían en estados con leyes contundentes en los tres años del estudio.

Además, los niños que tenían exceso de peso o eran obesos al comenzar la adolescencia tenían más posibilidades de tener un peso sano al comenzar la escuela superior si vivían en estados con leyes contundentes.

Los efectos fueron enormes, y el estudio no es una prueba de que las leyes influyan en el peso de los niños. Empero, los resultados llenaron de optimismo a los investigadores de la obesidad y especialistas en salud pública partidarios de reforzar las leyes para sacar la comida chatarra de las escuelas.

"Es la primera prueba real de que las leyes probablemente tienen un impacto", dijo la doctora Virginia Stallings, directora del centro de nutrición del Hospital Pediátrico de Filadelfia. Stallings presidió una comisión del Instituto de Medicina que analizó las normas en la elaboración de bebidas y alimentos que se venden en las escuelas para aumentar sus beneficios, aunque no participó en la nueva investigación.

Los autores del estudio, difundido el lunes por internet, en la revista Pediatrics, analizaron información de 6.300 estudiantes en 40 estados. Su estatura y peso fueron anotados en el segundo trimestre del 2004 poco antes de entrar en la escuela superior y luego en el 2007.

Los investigadores examinaron además varios bancos de datos de las leyes estatales sobre la nutrición escolar durante el mismo periodo. Los estados no fueron identificados en el estudio por las limitaciones en el uso de información bajo licencia que protegen la confidencialidad de los estudiantes, dijeron los autores.

Las leyes regulan la venta de alimentos y bebidas que se ofrecen en las máquinas expendedoras de las escuelas públicas y sus tiendas, fuera de las horas de comidas.