Una investigación reveló que Polar Flow, una aplicación de entrenamiento físico, había compartido la ubicación del personal que la utilizaba al interior de las bases militares y las sedes de los servicios de inteligencia en todo el mundo.

La aplicación, de origen finlandes, permite que cualquier persona acceda a los mapas de ubicación para rastrear las actividades físicas de los usuarios, lo que es en realidad una característica más que ofrece a los usuarios que configuran sus registros de seguimiento en público.

Sin embargo, incluso con perfiles configurados como privados, era posible ajustar la dirección web de la plataforma para rastrear a cerca de 6,400 usuarios que se ejercitaban en instalaciones como la Agencia de Inteligencia Exterior del Reino Unido (MI6), el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno (GCHQ, por sus siglas en inglés) y la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.

De acuerdo a varios reportes, los nombres del personal de dichos sitios también pudieron ser identificados; por su parte, Polar Flow indicó que ha desactivado temporalmente los mapas de actividad, aunque insiste en que no se trata de una “violación de datos privados”.