Pasaron 45 años antes de que la Oficina de Investigaciones Federales (FBI, por sus siglas en inglés), se rindiera y optara por abandonar el caso de D.B. Cooper, el hombre que en 1971 secuestró un avión comercial y huyó en paracaídas.

La noticia de que se dejaría de investigar el secuestro del vuelo 305 de Northwest Airlines se conoció apenas el pasado martes 12 de julio. Esto, luego de que el FBI emitiera un comunicado donde da cuenta de toda la información que recopiló sin éxito desde el 24 de noviembre de aquél año.

Según se cuenta, se trata de la única investigación en la que pese a sus exhaustivos esfuerzos, debieron darse por vencidos. 

Vuelo 305 de Northwest Airlines. Foto: Tomada de FBI.

"El 8 de julio, el FBI decidió redireccionar los recursos dedicados al caso D.B. Cooper para enfocarse en otras prioridades de investigación. Durante los 45 años de pericias, el FBI revisó exhaustivamente las pistas creíbles, coordinó la tarea de múltiples oficiales en búsquedas, recolectó toda evidencia a disposición y entrevistó a todos los testigos identificados".

"Las pruebas obtenidas a lo largo de estos años serán preservadas para propósitos históricos en el Cuartel General del FBI en Washington DC", se lee en el comunicado.

Pero ¿quién es D.B. Cooper y qué pasó en realidad?

El 24 de noviembre de 1971 D.B. Cooper compró un boleto de ida desde Portland, Oregon, hasta Seattle, Washington. En pleno vuelo, ordenó a una de las azafatas un bourbon con soda, hielo y le dio una nota en la cual decía que tenía en su poder una bomba.

Así, la mujer llevó hasta la nota al capitán del vuelo 305 en la que podía leerse su demanda. Consistía en algo sencillo y hasta poco creíble: cuatro paracaídas y 200 mil dólares en billetes de 20 dólares.

La mochila donde iba uno de los paracaídas que Cooper no utilizó. Foto: Tomada de FBI.

Por la noche, al llegar a Seattle, Cooper había conseguido lo que pretendía y cumplió parte del acuerdo. Liberó a 36 pasajeros, pero le ordenó al comandante que despegara con rumbo a la Ciudad de México.

Una vez en vuelo, a poca distancia del trayecto en algún lugar entre la partida y Reno, en Nevada, se puso un paracaídas, tomó su dinero, abrió una puerta trasera y saltó. Eran las 20:00 horas y nunca más se sabría nada de él.

Las teorías que se imaginaron fueron de las más variadas. Desde que debía ser un paracaidista experto y con carrera militar, hasta que el secuestro tuvo que ser efectuado por alguien inexperto, debido al riesgo que corría al saltar desde un avión comercial.

Comunicado del FBI. Foto: Tomada de FBI.

La creencia de muchos de quienes siguieron el caso de cerca es que Cooper nunca sobrevivió al salto. El paracaídas que recibió no era de los más sofisticados. No podía orientarlo. ¿Cómo sobrevivir?

En 45 años, el FBI utilizó la tecnología que la ciencia le ofrecía para intentar determinar el lugar donde este misterioso hombre había caído, pero nunca se hallaron rastros del cuerpo de Cooper, en caso de que haya muerto. Ni aún con la ayuda de satélites en una zona determinada de Nevada.

"A pesar de que el FBI ya no investigará activamente este caso, si emergiera nueva evidencia física (relacionada con el paracaídas o el dinero tomado por el secuestrador) deberán contactarse con su oficina local del FBI", especificaron.

Foto: Tomada de FBI.

Con información de Infobae.