Las Leónidas, como se le denominan a estos meteoritos, se harán presente este fin de semana teniendo su punto máximo el domingo 17 de noviembre y, aunque los expertos pronostican que su avistamiento será leve, se podrá apreciar un “bonito” rocío en todo el hemisferio norte.

Aunque este año no será el más óptimo para apreciar este fenómeno producido cada año pero alcanza su mayor brillo cada 33 años, debido a que la luz de la Luna eclipsará el espectáculo, sí podrá apreciarse mejor en zonas alejadas de las luces citadinas y, se recomienda verlas después de la media noche.

¿ A qué se debe este fenómeno?

Las Leónidas en sí son trozos de polvo que ha sido dejado por el cometa Tempel Tuttle, el cual fue descubierto en 1865 por Wilhelm Tempel y redescubierto al año siguiente por Horace Parnell Tuttle.

Su último avistamiento fue en 1998, por lo que cada 33 años pasa por el sistema solar y a su paso deja residuos de polvo, y este desplazamiento a través de la órbita causa que, cada año en el mes de noviembre visite el planeta.

En 2002 hubo una gran lluvia, cayeron poco más de tres mil meteoritos en tan solo una hora pero, se tiene registrado que en 1833 cayeron alrededor de 72 mil por hora.

De acuerdo con Bill Cooke de la Oficina de Medio Ambiente de Meteroides de la NASA, declaró que es posible predecir con exactitud el momento en que una corriente de este tipo atravesará la atmósfera de la Tierra pero no pueden saber con certeza la intensidad de la misma pues no se sabe cuánto polvo hay en cada corriente que pasa.

Las Leónidas reciben este nombre porque pasan por la constelación de Leo, al mismo tiempo que cada lluvia recibe su nombre por esta misma razón, es decir ‘Las Perseidas’ por Perseo o ‘Las Gemínidas’ por Géminis. Esta lluvia de meteoros se destaca por sus colores rojizos y la estela verde que deja a su paso.