Una de las peores cosas que deben enfrentar los enfermos de Covid-19 al ser internados en un hospital es la soledad, pues deben pasar por la enfermedad que pone en riesgo su vida, separados de su familia y en general de cualquier otra persona por el peligro de infección.

La falta de contacto físico hace que el ánimo de los pacientes de Covid-19 muchas veces decaiga y eso repercuta en su recuperación. Ante ello, una enfermera de Brasil tuvo una idea para dar consuelo a los enfermos: colocar en sus manos guantes de látex rellenos con agua para simular un apretón de manos a los enfermos.

Los resultados obtenidos fueron tan positivos que ahora la enfermera recomienda a todo el personal médico que atiende a los contagiados de Covid-19 seguir su ejemplo.

El invento de la enfermera ha dado consuelo a sus pacientes con Covid-19

En entrevista con medios locales, Lidiane Melo, enfermera de Río de Janeiro, contó que una paciente de Covid-19 presentó una crisis emocional por temor a ser sedada y no volver a despertar. Lo que más preocupación le generaba, según le dijo, era morir y dejar huérfanas sus hijas.

Imposibilitada para sostenerle la mano y brindarle algún consuelo, a la enfermera de 37 años se le ocurrió llenar dos guantes de látex con agua tibia y la atarlos en la mano de la enferma, de manera que su extremidad quedara en medio.

Esto habría ayudado a la paciente con Covid-19 a salir de su crisis emocional poco a poco, al sustituir en cierta forma el apretón de manos de otra persona, pues incluso el invento tiene una temperatura muy agradable al tacto.

Enfermera: “Hice la manita, ella se calmó y dijo que parecía que yo estaba sosteniendo su mano"

Según Lidiane Melo, la enferma de Covid-19 le dijo que con su invento sentía que estaba siendo consolada por alguien.

“Hice la manita, ella se calmó y dijo que parecía que yo estaba sosteniendo su mano, le dije que no era mía, que se suponía que debía pensar que era la mano de Dios, que la iba a ayudar a salir de allí”

Lidiane Melo, enfermera

Ahora Lidiane utiliza su frecuentemente su invento, denominado “la mano pequeñita” o “la manita de Dios”, para dar contención emocional a los pacientes de Covid-19, y recomienda a otros colegas aplicarlo.