4 de mayo de 2024 | 07:05 a.m.
Histórico

    Clase política entrega México a la intervención de EU: Wikileaks

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    La embajada y los consulados de Washington son

    confesionario, diván, ventanilla de gestiones y paño de lágrimas, para

    gobernantes y opositores, funcionarios y empresarios, jefes de policía y

    cabezas de ONG, periodistas y encuestadores, describe uno de los de 3 mil

    cables fueron entregados al diario La Jornada por Sunshine Press Productions

    que preside Julian Assange protavoz y fundador de Wikileaks.

    Los boletines informativos están fechados desde 1989 hasta

    2010. 24 de ellos están clasificados como "secretos"; 461 se

    consideran "confidenciales"; 870 son "clasificados" y mil

    588 han sido "desclasificados".

    El material recibido consiste, en su gran mayoría, de

    reportes sobre pláticas con personalidades políticas, administrativas,

    mediáticas, policiales y militares, informes de reuniones, análisis regionales

    o temáticos de distinto calado y extensión, apuntes sobre pequeñas gestiones o

    bien simples reseñas insípidas de los medios nacionales. Lo que los documentos

    revelan, en forma aislada o leídos en conjunto, es lo siguiente:

    Existe una casi absoluta disposición de políticos,

    legisladores y funcionarios mexicanos para informar extensamente a los

    diplomáticos del gobierno estadunidense, así como una generalizada obsecuencia

    para con sus interlocutores de esa nacionalidad; resulta un tanto sorprendente

    que ninguno de los cables consigne, por parte de los informantes mexicanos, una

    sola crítica hacia Estados Unidos, prácticamente ningún reclamo y ni una sola

    expresión de hostilidad.

    En varios casos, los connacionales citados en los boletines comparten

    con sus interlocutores extranjeros la preocupación por eventuales reacciones

    adversas de la opinión pública local hacia el gobierno del país vecino, y se

    esfuerzan por presentarse como socios confiables.

    En ocasiones, y con tono de disculpa, advierten de antemano

    a sus entrevistadores que tendrán que formular, en público, alguna divergencia

    con respecto a Washington, a fin de no parecer demasiado proestadunidenses ante

    la sociedad.

    Con información de La Jornada on line.