2 de mayo de 2024 | 05:35 a.m.
Histórico

    Después de 33 años de carrera se retira Lizmark

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    Pese a ya no presentarse en las arenas con cierta

    regularidad, Lizmark sigue vigente en este deporte pero ya es inminente

    su retiro del pancracio nacional y se dará con una función de despedida

    el próximo 4 de julio en la Arena Coliseo del Distrito Federal, para

    culminar sus 33 años de carrera luchística.

    "Debuté en una

    segunda lucha y desde ese día ya era una estrella porque el público me

    alabó y me acogió muy bien; al año me mandaron a México a continuar en

    la Arena de la Doctores y ahora me voy siendo una gran Leyenda", indicó

    el oaxaqueño.

    Aunque en dos ocasiones anteriores, el oaxaqueño

    aseguró que se retiraba de esta disciplina por contar con un problema

    en el corazón, la realidad es que a sus 59 años sigue demostrando su

    talento sobre los cuadriláteros y con la meta de entrenar al heredero

    de la dinastía Lizmark.

    "Todo lo tuve en mi tiempo, ahora no

    puedo decir que desenmascararé a alguien, porque siempre lo hice en

    plenitud de mis facultades físicas y no me voy con la derrota. Sé que

    puedo seguir haciendo la cosas, por lo que me voy con mi máscara", dijo

    el luchador, quien desde mayo del 2007 no hace mancuerna con su hijo,

    Lizmark Jr.

    El Geniecillo Azul hizo una pausa a su trayectoria

    luchística al dedicarse al gimnasio que tiene en el Puerto de Santa

    Lucía, lo cual hizo creer a su afición que ya se había retirado, pero

    meses más tarde se incorporó a las filas de la AAA en 1992.

    "Ya

    estaba retirado y dedicado a mi gimnasio en Acapulco y Antonio Peña

    quiso que ingresara a su empresa, que reapareciera tras varios meses de

    ausencia, aunque yo nací en el CMLL por el sistema de lucha, pero no me

    sentí muy a gusto, y me regresé al Consejo", dijo.

    La época de

    oro del gladiador fue entre 1970-1990, años en los que de la mano de

    Atlantis, Aníbal y Huracán Ramírez realizó sus famosos vuelos desde la

    tercera cuerda, muy al estilo de los clavados de la Quebrada.

    "La

    lucha libre la comparo con la vida de un torero, porque aunque lo

    cornee el toro, sana y vuelve, lo mismo cuando una lesión te retira,

    quieres sentir el calor, el aplauso, los gritos de los aficionados y

    eso te da muchas ganas de seguir en esto, la recompensa es el apoyo del

    público pero ya es tiempo de decir adiós", finalizó el científico,

    quien señaló que fue de los primeros en realizar el estilo aéreo que

    ahora muchos ídolos jóvenes realizan.