La soberbia de la selección mexicana sub 20 los dejó fuera de la Copa del Mundo, le bastó recibir un solo gol en cinco partidos para quedar eliminado, un sólo gol en contra le impedirá jugar unos juegos olímpicos, y los dejó en los cuartos de final de la Concacaf.

Luego de marcar 19 goles en los cinco partidos anteriores, México llegó dominante en todas las fases del juego: con y sin la pelota, más veloces, más potentes, más hábiles, pero no fueron capaces de vencer a un equipo que se manifestó con mucho menos condiciones, Guatemala.

Los Chapines se comportaron serios, ordenados. Sin armas, ni grandes recursos más que posición en el campo de batalla, ocuparon su lugar en el paredón de fusilamiento. Firmes y dignos, pero sin futbol. Un sólo remate a puerta, un sólo gol, bastó para vencer al gigante.

México menospreció a Guatemala

México menospreció a Guatemala mientras se auto contemplaba en el campo de juego: tan capaz de jugar a la pelota, pero tan ineficaces para resolver el juego. No, no es falta de proceso, fue falta de seriedad en la calidad para finiquitar a un equipo que no defendía, que no contenía, que perdía pelotas, que estaba, como barco de papel, en medio de una tormenta en el océano.

Anoche falló el equipo, fallaron los jugadores, falló el entrenador, no el proceso. México tuvo desde los 11 pasos el dos goles a uno a falta de tres minutos para que terminara el partido ante rival que apenas atinaba a estar ordenado en el campo de juego.

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Uno a uno los jugadores mexicanos fueron fallando sus penales, su ejecución fue pésima, pero su rostro los delataba, no daban crédito, no demostraron lo que decían ser: potencia.

Paco Vela en Twitter: @PacoVela14