A pesar de que Marko Cortés o Alejandro Moreno clamen victoria tras las elecciones del pasado domingo en Oaxaca, Hidalgo, Tamaulipas, Oaxaca, Durango y Aguascalientes, la realidad es otra. Morena es el gran vencedor de los comicios. Si bien es cierto que la alianza opositora resultó victoriosa en Durango y Aguascalientes, la verdad apunta a que los triunfos de Morena en cuatro de las seis entidades han dado al partido oficial una hegemonía territorial no vista desde tiempos del PRI.

Queda para Morena aún un gran pendiente: el Estado de México. Esta entidad, la más grande de país en términos de población (17 millones) y el segundo en contribución al PIB, es la joya de la corona. Desde la creación de PRI, el Revolucionario Institucional la ha gobernado hegemónicamente.

En este contexto, recordemos que en 2017 Alfredo del Mazo derrotó a Delfina Gómez con un margen substancialmente inferior al de las elecciones previas: con apenas un 33 por ciento de los votos (Del Mazo) contra un 30 por ciento (Gómez). En 2011, en comparativa, Eruviel Ávila derrotó a Alejandro Encinas con el 65 por ciento de los sufragios.

Si a ello le añadimos de que la victoria de Del Mazo suscitó controversias en torno a la legitimidad de los comicios y a la utilización de vías ilegales podemos concluir que el PRI ha venido perdiendo terreno en el Estado de México. En adición, recordemos que la victoria de Del Mazo tuvo lugar en un contexto previo al ascenso de AMLO a la presidencia de México, lo que hace suponer que la popularidad del presidente en funciones tendrá un peso importante en los comicios mexiquenses del 2023.

Hay que sumar a la ecuación favorable a Morena rumbo a los comicios en el Estado de México el factor Alfredo del Mazo. Sorprendentemente, el gobernador mexiquense, cercano a al grupo Atlacomulco y pariente del ex presidente Enrique Peña Nieto, ha apoyado públicamente al presidente AMLO y a su proyecto político. Aquel discurso en el marco de la inauguración del AIFA, cuando Del Mazo sostuvo que el proyecto del tabasqueño emulaba la visión de Juárez, dejó entrever un apoyo del mexiquense a la autoproclamada 4T.

¿Por qué ha apoyado Del Mazo a la 4T en sus hechos y discursos? No lo sabemos, y todo da espacio a la especulación. Lo que sí que resulta preocupante es que el gobernador mexiquense resulte pasivo en los comicios del 2023 y que con su silencio y/o inactividad termine por entregar el Estado de México a Morena, y con ello, el dominio absoluto del país.

En suma, el Estado de México se interpone hoy entre Morena y el dominio absoluto del país en términos de hegemonía territorial. Los mexiquenses tendrán en 2023 el poder en sus manos para evitar que el partido del presidente AMLO evoque las peores memorias del PRI.