Como he dicho en columnas anteriores, el tema de la permisión del cabotaje en la aviación nacional ha sido abordado por distintos sectores dentro del ámbito aeronáutico. Y si algo tenemos claro es que en otros temas estos distintos actores pueden tener divergencias, a veces muy grandes, pero particularmente en lo referente a “abrir los cielos”, todos coinciden en decir, alto y fuerte: #NoAlCabotaje

Durante todo este tiempo, desde varios frentes, las principales voces han tratado de sensibilizar a la clase política de este país, sin importar sus colores partidistas, de los peligros que acarrearía la apertura de los cielos a las aerolíneas extranjeras.

No vamos a ahondar en el tema, previamente analizado en este espacio; más bien vamos a ver el acomodo que se está dando al respecto con la clase política. Y es que resulta interesante que precisamente después de una reunión con la Junta de Coordinación Política de San Lázaro con el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, en la Cámara de Diputados, se haya considerado aplazar la discusión del tema del cabotaje por espacio de una semana.

Y si ustedes se están preguntando ¿por qué llama la atención ese hecho?, les digo, se debe a que el portal informativo “La Política Online” ha estado publicando columnas donde -cito textual- señalan: “Exclusivo: En Palacio ahora señalan a Adán Augusto de querer beneficiar a Volaris con el plan de cabotaje”.

Volaris ha sido la última de las aerolíneas en pronunciarse; apenas hace un par de días se declaró “en contra del cabotaje”. Y en los hechos, es justamente a esta línea aérea a la que más beneficia el cabotaje. Cuenta con dos filiales, una en Costa Rica y otra en el Salvador; la primera vuela a 7 países con 10 destinos y la segunda a 4 países y 7 destinos, en los que por supuesto está México.

¿Qué quiere decir esto? Que al tener dos filiales puede ir reduciendo la capacidad de operación de la troncal y aumentar la de las filiales al grado de en un momento dado acabar con Volaris México.

No es una idea nueva ni descabellada. En lo personal no me extraña nada, sino que al contrario, todas las piezas encajan a la perfección. Por si ustedes no lo saben, el síndico designado por el juez que tramita la quiebra de Mexicana de Aviación, fue Director Jurídico de Concesionaria Vuela Compañía de Aviación S.A. (Volaris). Pero no sólo eso, era tal la confianza que se le tenía que llegó a ser Consejero Suplente de esta línea aérea.

Me refiero al Lic. Alfonso Ascencio Triujeque, quien además estaba impedido por la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos para ejercer como síndico de la quiebra de Mexicana de Aviación, así como por el artículo 108 constitucional, y 8º Fracción X, en los que se establece que el servidor público debe excusarse de intervenir en la resolución de asuntos en los que tenga interés personal, familiar o de negocios. Incluyendo los que tenga relaciones profesionales, laborales o de negocios, o para socios o sociedades de las que el servidor público haya formado parte, como es su caso al haber formado parte de Volaris.

¿Y quién sabe mejor lo que pasó en Nuevo Grupo Aeronáutico (Mexicana de Aviación y todas sus filiales) que Don Alfonso? Él conoce perfectamente las entrañas del caso, así como los planes que tenía Gastón Azcárraga, que se vieron frustrados por la primera vez que nos degradaron a Categoría 2.

Quiero que a ustedes, mis estimados lectores, les quede muy claro, así que voy a explicarles en qué consistía el malévolo plan de Gastón. Para poder desafanarse de dos sindicatos en Mexicana de Aviación y quedarse con uno solo, el plan inició en 2009, abriendo una nueva filial llamada “Link”.

La contratación colectiva se la dieron al Sindicato Nacional de Trabajadores de Transportes, Transformación, Aviación, Servicios y Similares (SNTTTASS), tanto del personal de tierra como de pilotos y sobrecargos. Hay que decirlo, ese nuevo Contrato Colectivo de Trabajo tenía mucho menos prestaciones y derechos, comparado con lo que tenían los otros sindicatos.

El siguiente paso del plan era proponerles a pilotos y sobrecargos de Mexicana de Aviación trabajar bajo el contrato de Link, y recortar personal de la troncal, aprovechando que Mexicana tenía todos los permisos para entrar a los Estados Unidos. Lo mismo pasaría con los pilotos y sobrecargos de “Click” (la otra filial también conocida como AeroCaribe), y presionar para que “en aras” de mantener sus fuentes de empleo, trabajaran bajo las condiciones del contrato más barato, quedándose con un solo sindicato.

Esta torre de naipes se le cayó en 2010 con un viento llamado “Categoría 2″, ya que, como bien sabemos, en dicho status no se pueden abrir nuevas rutas desde y hacia los Estados Unidos, y la aerolínea que tenía los permisos para operar en territorio norteamericano era Mexicana.

Gastón Azcárraga intentó alguna vez utilizar un número de vuelo de la troncal utilizando para ello una aeronave de Click; pero al llegar a Estados Unidos el personal del aeropuerto se dio cuenta que esa aeronave no tenía permiso para operar en tierras gringas, e impidieron que el pasaje bajara, quedándose a bordo. Si mal no recuerdo fue un vuelo a San Antonio, Texas, y así como llegaron, se tuvieron que regresar a México.

Fue un escándalo que evidentemente no trascendió, porque las redes sociales no son como ahora. Se pagaron grandes sumas de dinero para acallar a los medios, así como para pagar la multa de millones de dólares que le impusieron a la línea aérea por tratar de “hacer chanchullo”.

Gastón Azcárraga cejó en su intento de dirigir una aerolínea, y ya sabemos que vendió las acciones en mil pesos. Pero la estrategia que pensaba ejecutar no es tan distinta a lo que podría seguir Enrique Beltranena con Volaris, en caso de que se apruebe el cabotaje en el país.

Utilizaría a sus dos filiales para hacerlas crecer, y al mismo tiempo disminuyendo las operaciones de la troncal. Todo con el objetivo de ahorrar y tener más ganancias, pues se iría librando poco a poco del pago de Seguro Social, Infonavit, Fonacot e ISR, en especial de los tripulantes (pilotos y sobrecargos).

Imaginen ustedes el problema. Ya de por sí los tripulantes mexicanos no ganan mucho; de hecho para el trabajo que desempeñan están mal pagados, hay que decirlo con todas sus letras, pero el caso de los tripulantes centroamericanos es todavía más triste, pues en los hechos, son aún más baratos.

Por eso la hipótesis (o filtración) de “La Política Online” causa revuelo. Fue gracias a un meme de WhatsApp que fue difundido -de acuerdo con este portal informativo-, por el mismísimo Andrés Conesa, director de Aeroméxico. ¿De qué se trata este meme?, pues es una imagen en que se observa a Enrique Beltranena acompañado de la leyenda “Veamos quién está detrás”.

Y es que varios personajes de la industria aérea han señalado que la mano que mece la cuna para impulsar la apertura del cabotaje no es otro más que Beltranena y la gente de Volaris.

Ya en el pasado trabajadores de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) denunciaron la intromisión de Volaris en el tema del RTARI, la evaluación que permite conocer el desempeño de pilotos y controladores aéreos con su nivel de inglés, aplicado a toda la fraseología aeronáutica. De este tema hablé en agosto del 2021, en un video de mi propio canal de YouTube.

La “filtración o rumor” del que tuvo conocimiento La Política Online es que el Secretario de Gobernación había ofrecido un mejor trato a Volaris, para el caso de mudar sus operaciones al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).

Así es como, después de una larga vuelta, volvamos al principio: la decisión de aplazar la discusión del cabotaje, aunque sea tan solo una semana, le permite a Adán Augusto poner tierra de por medio a las filtraciones que terminaron en los medios de comunicación y redes sociales sobre la “cercanía” que hay entre él y el CEO de Volaris.

Yo sé que todas las mañanas se pregona que “ya no es como antes”, pero fueron más de 80 años en los que la principal función de la Secretaría de Gobernación era “apagar fuegos”. Es muy complicado “descartar” a priori que exista un juego político, con tintes electorales, de una de las “corcholatas” mejor colocadas, estratégicamente hablando: titular de Gobernación y tabasqueño.

Lo que mejor funcionaría para acallar todos estos rumores, es aclararlo: que Volaris saque las manos, y que el otro López de Tabasco se comporte con la mayor institucionalidad posible. El pulso está más que claro: #NoAlCabotaje.