IRREVERENTE

Les platico: La opinión del millón de mexicanos que viven en Los Angeles, California está más dividida que nunca respecto al gobierno de López Obrador.

Es el condado con más población de ascendencia mexicana de todo Estados Unidos.

Para darnos una idea de la proporción que ese millón representa, en el de Nueva York hay 56,000 paisanos y en el de Miami apenas son 2,000.

Mi BigData computó la información de cinco agrupaciones de mexicanos organizados en EU y detectó que el aspecto que más polariza la atención de nuestros connacionales en el vecino país del norte, no es ni la corrupción, ni la inseguridad, ni la salud ni la educación.

Sí están preocupados por esos temas, pero el dato que más divide sus opiniones tiene qué ver con el pago de impuestos.

Germán Reyna -de la asociación “Gabacho” con representación en todo el estado de California, me dijo que eso se debe a que la gran mayoría de los familiares de los mexicanos -al menos en el condado de LA, no pagan impuestos por estar dentro de la economía informal.

Lucrecia Espinoza, de otra agrupación -“Paisano”- con sede en Las Cruces, coincidió con Germán.

Ambas entidades son de las que más bajo perfil desempeñan, porque consideran que la publicidad o la propaganda puede mucho menos que la labor de cabildeo a mediano y alto nivel.

Están en contra de manifestaciones, plantones o protestas, porque ven ese tipo de acciones como estériles y de muy bajos resultados.

Salen a la luz pública solo en actividades desarrolladas por el embajador Esteban Moctezuma Barragán, cuando pisa suelo gringo el canciller Ebrard o el mismito presidente López Obrador.

Fuera de eso NADA.

Sin embargo, entre los dos organismos citados tienen el más alto índice de “regularización” -como ellos le dicen- de mexicanos que legalizan su estancia y vida en Estados Unidos.

El caso que más llama la atención de estos líderes tiene nombre y apellidos: Ricardo Salinas Pliego.

Embajador de Salinas Pliego, no de México en EU

En anteriores artículos de éste su irreverente servidor, le señalado con evidencias que Moctezuma Barragán es el embajador de Salinas Pliego, no de México.

Este señor -que no es diplomático de carrera- tiene como misión principal ayudarle a su jefe a resolver los entuertos en que se ha metido con el IRS, equivalente en EU del SAT mexicano.

Esteban aceptó el nombramiento de embajador, sin renunciar a su cargo como presidente de la Fundación Azteca.

Ese es el nombre que mencionan como botón de muestra cuando los paisanos señalan al tema fiscal como el que más les ocupa.

Y el asunto más mencionado en relación a Salinas Pliego es la deuda que afronta por casi $3,000 millones de impuestos que la Suprema Corte de Justicia de la Nación le ordenó pagarle al fisco.

Lucrecia emigró a LA con un título de contador público bajo el brazo. Era fiscalista y demoró un año en homologar su experiencia con las leyes fiscales estadounidenses, mismo procedimiento al que deben sujetarse médicos y abogados extranjeros para ejercer sus profesiones acá.

Hoy ayuda a sus compatriotas en el exilio a regularizarse en base a un capítulo poco conocido en EU al que ella llama “buena disposición fiscal”.

Si cualquier extranjero manda por delante su intención de pagar puntualmente sus impuestos, el gobierno agiliza su proceso de naturalización para concederle una estancia legal en ese país.

“Acá el gobierno confía en tí,acá eres inocente hasta que demuestras lo contrario. A diferencia de lo que sucede en México”, dice.

“Y el ciudadano se la regresa todita al gobierno al NO confiar en las autoridades”, agrega.

PRÉSTAMOS NO SON INGRESOS ACUMULADOS”, concluye.

Conocedora de la realidad mexicana en materia fiscal, considera un total abuso que el SAT catalogue como “ingreso acumulado” cualquier préstamo conseguido por un causante.

En todo el mundo se le considera a eso como una “doble tributación”. Lucrecia no sabe de ningún país en todo el mundo donde se castigue de esa manera a los contribuyentes.

“Tal cosa solo sucede en México, a partir del 1o de marzo del año 2019″, puntualiza y esto fue corroborado por mi BigData con dos fiscalistas mexicanos de los más prestigiados, uno en CDMX otro en Monterrey.

Y ese es precisamente el punto que alude Salinas Pliego para negarse a pagar su deuda fiscal: El SAT le quiere cobrar impuestos por un préstamo superior a los $200 millones que recibió en el 2o año del gobierno de AMLO.

El otro lado de la moneda respecto a la polarización de opiniones de los paisanos es que consideran a Salinas Pliego un pillo por el agiotismo con que disfraza sus operaciones en la cadena Elektra.

“Cuando alguien compra una cuna para su recién nacido hijo, termina de pagarla cuando el niño cumple los diez años”, sostiene Lucrecia.

El otro lado oscuro de Salinas Pliego respecto a la percepción que tienen de ellos los organismos consultados en LA, es que ha tratado buscado cercanía con el presidente para satisfacer sus intereses empresariales.

De hecho, el dueño de TV Azteca es uno de los miembros del consejo de asesores en medios, al servicio de López Obrador.

“Se equivocan los empresarios como éste, que creen que siendo cercanos al presidente les va a condonar sus deudas fiscales”.

El odio incubado

Lo que gente como Salinas Pliego, Armando Garza Sada, Malaquías Aguirre, Javier Garza Calderón, los Martín Bringas de Soriana y otros, no saben, es que el odio de López Obrador hacia el sector empresarial, lo ha venido incubando desde hace más de 30 años”, sostiene la líder de “Paisano”.

Por cierto, Lucrecia nació y vivió en Monterrey los primeros 38 años de su existencia...

CAJÓN DE SASTRE

“¿Quieren más o les guisamos un huevo?”, remata la irreverente de mi Gaby.