Recupero en este texto unas líneas del discurso pronunciado ayer por José Woldenberg en el Monumento a la Revolución: ¡No a la destrucción del INE! ¡No a la destrucción de los institutos locales! ¡No a la destrucción de los tribunales locales! ¡No a la pretensión de alinear a los órganos electorales a la voluntad del gobierno! ¡No al autoritarismo! ¡Sí a la democracia! ¡Sí a un México democrático!

Ayer miles de mexicanos salieron en defensa del INE en la Ciudad de México y en otras ciudades del país (según algunas estimaciones los números superaron los cien mil en la capital) en un claro repudio a las pretensiones de AMLO y de su gobierno de promulgar una reforma electoral que pondría en jaque el futuro de la democracia mexicana. Con el lema de “El INE no se toca” llegaron alentadoras imágenes del Paseo de la Reforma.

No fue una marcha fifí, ni reaccionaria, ni conservadora, ni de derechas, ni clasista ni racista, sino nacida de la voluntad de los mexicanos de expresar al gobierno su deseo de vivir en democracia; en un régimen donde los votos de todos cuenten y que la voz del pueblo sea escuchada.

A pesar de la contingencia ambiental decretada en la Ciudad de México (uno no dejará de preguntarse si se trató de una coincidencia o de una mañosa estrategia para buscar limitar el número de participantes en la marcha) políticos, ex presidentes, intelectuales, periodistas y mexicanos libres enviamos ayer un mensaje claro: AMLO no podrá realizar una reforma electoral que derrumbe lo que ha sido construido a lo largo de los años y que hoy constituye una pieza fundamental de nuestra democracia.

Para nuestra mala fortuna, AMLO, a partir de hoy, minimizará la importancia de la marcha y buscará salir bien librado de una clara manifestación en contra de su voluntad de someter al árbitro electoral a los deseos e intereses del gobierno. ¡Nunca más México volverá a estar sometido a una dictadura partidista!

Celebro alegremente que la marcha en defensa de la democracia haya sido un éxito. AMLO deberá caer en la cuenta que una gran parte de la nación se rehúsa a entregarle el país. México es mucho más que AMLO o Morena. Los mexicanos repudiamos el autoritarismo, y con el peso de nuestra historia lucharemos en favor de la libertad y de la democracia.