Por increíble que parezca, esta semana, la presidenta de la Comisión de Salud, la senadora de Morena, Margarita Valdez, circuló el texto de una nueva Ley General de Salud que en un nuevo artículo, el 187 Bis, prohíbe la venta de alcohol, incluida la cerveza, en todos los “espacios destinados al acceso público para el desarrollo de actividades deportivas…”.

Con ello, deja sin venta de cerveza a todos los estadios de la Liga Mexicana de Beisbol y la Liga del Pacífico, ingreso fundamental para poder mantener los estadios en operación, pues los boletos son muy económicos y a menudo gratuitos. Además, todos los equipos de béisbol tienen a empresas cerveceras de patrocinadoras y sin éstas no hay un sólo equipo que pueda sobrevivir.

Desde luego que la prohibición morenista alcanzaría a otros estadios y deportes en los que habitualmente se consume cerveza: el soccer, el basquetbol y el americano, pero me parece que en béisbol es donde más está ligada la cerveza.

Con la prohibición que se tiene prevista votar en la Comisión y en Pleno el próximo 29 de junio, además de dejar a varios equipos y estadios en estado crítico, se pone en jaque el proyecto del presidente López Obrador y de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, para lo que era la Feria de Chapultepec.

En este espacio, que renombrarán Aztlán –el mítico lugar de donde salieron los aztecas para llegar al Valle de México- el atractivo más importante planeado es tener un estadio profesional de beisbol para que en la CDMX se juegue profesionalmente el deporte favorito del presidente. Pero, con la prohibición, difícilmente alguien construirá un estadio, pues perdería una parte importante de sus ingresos. Así, le abre Morena un hueco enorme al proyecto oficial más importante de la 4T para la Ciudad de México.

Definitivamente varios legisladores de Morena tienen un ánimo “prohibicionista”. Ya en 2019, la diputada, también de Morena, Lourdes Paz, presentó una iniciativa en la CDMX para prohibir la venta de cerveza fría. Sí, así como lo oye, pero ahora la presidenta de la Comisión de Salud quiere una prohibición total para todos los eventos deportivos.

Para justificar su prohibición, señala que ha habido violencia en algunos juegos durante el 2021, como el Atlas-Mazatlán en el estadio Kraken y, este año, el ocurrido en el estadio Corregidora, de Querétaro, entre Gallos y Atlás. Cosa curiosa que ninguna autoridad atribuyó los desmanes a la venta de cerveza.

Ya ni en los estadios de Qatar, donde este año se jugará el Mundial, hay una prohibición absoluta de alcohol, a pesar de ser un país con un estado islámico; aquí parece que Morena quiere poner en práctica el Corán. En Europa no se vende alcohol en las gradas, pero sí en los bares y restaurantes que están dentro de los estadios.

Así, no sólo no hay razón para imponer la prohibición, tampoco hay paralelismos a lo que quieren llevar a los estadios deportivos en México.

Este tipo de ocurrencias legislativas es algo muy penoso y dañino para la actividad deportiva y el espectáculo público, pero en una de esas sí la acaban aprobando. Ojalá los senadores de Morena recapaciten y le hagan caso a su líder moral, el presidente de la República, quien dice que “prohibido prohibir”. Pronto sabremos.

Finalmente, es ridículo que se quiera hacer un cambio legal a como operan los estadios deportivos en México, cuando justo ayer la FIFA otorgó a Monterrey, Guadalajara y la CDMX las sedes del mundial del 2026. Un cambio en el marco legal de esta magnitud y con tan alto impacto en equipos y patrocinadores podría incluso eliminarnos de ser sedes mundialistas.

Veamos qué sucede. La sesión senatorial está ya convocada para el 29 de junio próximo. A ver qué se les ocurre.