Jorge Zepeda Paterson publicó en Milenio un artículo muy inteligente para defender las tesis de AMLO sobre —más bien contra— el INAI. Recomiendo su lectura.

Sin duda, hay razones de peso para plantear la desaparición del INAI o una reforma profunda en sus estructuras operativas. Nadie las había redactado con más contundencia que el periodista colaborador del periódico de Francisco González.

Como en el caso del INAI, no dudo que argumentos válidos pueda haber detrás de las reformas al Conacyt, la legislación sobre minería, la normatividad relacionada con los aeropuertos, etcétera.

Lo mismo cabe decir de todas las otras leyes —me parece que fueron 18— que la mayoría de Morena en el Senado modificó en unas cuantas horas. ¡¡¡En unas cuantas horas!!! Absurdo, irracional, innecesario.

El problema, que Zepeda Paterson olvidó mencionar con el detalle que merecía, no tiene que ver con el debate acerca de si tienen razón el presidente López Obrador y quienes integran el Senado y la Cámara de Diputados y Diputadas.

El problema no es ese debate, sino que, en el poder legislativo, ¡¡¡no hay debate!!! Y esto es incorrecto: de hecho, se trata de algo absolutamente inconstitucional, según entiendo las cosas a partir de la propuesta del ministro Alberto Pérez Dayán de invalidar la primera parte del plan b electoral.

En una democracia manda la mayoría, claro que sí, pero tal prerrogativa solo es legítima si se respetan los derechos de las minorías. Y el más elemental de tales derechos es el de debatir hasta agotar todos los razonamientos.

Valdría la pena que en Morena leyeran otra vez a Lord Acton —otra vez, en efecto: seguramente lo hicieron cuando estaban en la oposición y exigían respeto a las minorías, sobre todo en las cámaras—.

Lo que sigue es que la corte invalide las 18 reformas hechas a la carrera. Es lo que tendrá que ocurrir: cualquier otra cosa sería indecente.

Morena ganará las elecciones de 2024. Esperemos que se aprenda la lección y que, a partir del próximo año, traten con mucho mayor respeto a las minorías los hombres y las mujeres de izquierda que dominarán el Senado y la Cámara de Diputados y Diputadas. Esto lo agradecerán ministros y ministras de la SCJN, que no se dan abasto para batear los excesos del actual poder legislativo.