Las mujeres son el sector con mayor afectación por el confinamiento debido a su múltiple responsabilidad en la familia y al modelo económico y laboral diseñado durante siglos para mantener el privilegiado uso del tiempo y el espacio del varón.

Las jornadas laborales tienen horarios extendidos, muchas veces incompatibles con su función central, que en esta etapa —y no exagero al decirlo— han sido soporte del núcleo familiar.

La construcción del mundo del trabajo responde a la necesidad patriarcal e incluso puede rebasarlo al ir al extremo de horarios nocturnos, que no necesariamente implican eficiencia ni calidad de vida incluso para los propios beneficiarios convencionales y habituales, quienes en contextos libertarios tendrían un mayor desarrollo económico y psicoemocional.

Un dato confirma que la peor parte de la historia durante la pandemia es para las mujeres: representan el 84% de las personas que dejaron de formar parte de la Población Económicamente Activa (PEA).

1.3 millones perdieron su empleo

Aproximadamente 1.3 millones perdieron la plaza que tenían, en contraste con los poco más de 266 mil 547 hombres, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI.

Mujeres que tenían un empleo formal hoy están fuera del mercado laboral. Una situación que retrata la desigualdad en que funciona la organización social y que hace necesario modificar el esquema.

La carga del trabajo en casa no tiene remuneración, y a ellas ha correspondido principalmente dar atención a los hijos en la educacionalmente a distancia y padecer el aumento de la violencia en su propio hogar.

El regreso a clases en su formato híbrido —presencial y virtual— permitirá que algunas mujeres busquen espacios remunerados, pero tampoco significará la diferencia hasta el regreso pleno a las condiciones pre pandemia.

Desde nuestro punto de vista es necesario modificar el modelo laboral. Asignar en empresas y sector público un número de plazas para madres trabajadoras, hacer valer el derecho a la conexión digital, que los hombres tomen nuevas responsabilidades o asuman las existentes y hacer compatible el desarrollo de todos los integrantes de la familia.

La pandemia tomó a la sociedad por sorpresa. El costo ha sido alto y la mejor recompensa para las mujeres es tener a su familia a flote. La defensa de sus derechos y el cambio de modelo es una más de las inercias que debemos vencer.

En Confianza

El regreso a clases es la siguiente gran meta para gobierno y familias. En la Ciudad de México inició la vacunación a los maestros para retornar en su momento a la enseñanza presencial. La disponibilidad de las vacunas hace posible que se mantenga la actividad en los centros de atención. Será la coordinación de la Secretaría de Salud la que permita definir el tiempo de regreso con o sin semáforo verde.

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