Revisemos en el siguiente párrafo cierta triste estadística de las elecciones de gobernador celebradas en Nuevo León en 2021, que como bien sabemos ganó Samuel García, de Movimiento Ciudadano.

La triste estadística a la que hice referencia es esta: 46.23% de los sufragios. Ahora explicaré por qué tal porcentaje debe ser motivo de depresión —y para quiénes—.

El mencionado 46.23% es la suma de los porcentajes de votación obtenidos en las elecciones nuevoleonesas de 2021 por lo que hoy es la alianza PRI, PAN, PRD.

¿Quiénes deben deprimirse? Las personas que en Nuevo León han dirigido al PRI y al PAN en los últimos 30 años, muchas de ellas todavía vigentes en la actividad política —o que, en calidad de reliquias, se hicieron presentes ayer en una comida pretendidamente fifí con Xóchitl Gálvez en el muy cursi y decadente Casino Monterrey—.

Corrijo: no es triste el 46.23% que sumaron PRI, PAN y PRD en 2021: ¡es tristísimo! Ese porcentaje representa la mitad —o menos— de los votos que el PRI y el PAN obtenían en el pasado.

Analicemos el caso de Fernando Canales Clariond, quien según el sitio informativo Detona “mandó rentar el salón principal de ese encumbrado centro social —Casino Monterrey— para invitar a comer a Xóchitl y a 300 personas”.

Fernando Canales, como candidato del PAN, ganó la elección de gobernador de Nuevo Léon de 1997 con el 48.6 % de la votación. El segundo lugar correspondió al priista Natividad González Parás, quien obtuvo el 41.98 % de los sufragios.

De aquel bipartidismo nada queda:

  • En las elecciones de 2003 el panismo cayó al 33.8% de los votos, mientras que el PRI creció a 56.66 %.
  • En 2009, los dos partidos volvieron al empate técnico: PRI, 49.01 %, y PAN 43.38 %.
  • En 2015, tanto PRI como PAN se desplomaron: El Bronco independiente les derrotó con 48.82 %. El PRI cayó al 23.85 % y el PAN al 22.32 %.
  • En 2021, Samuel García, de Movimiento Ciudadano, se quedó con la victoria con el 36.71 % de la votación. El PRI, en alianza con el PRD, llegó al 27.90 % y el PAN cayó a su mínimo histórico, 18.33%.

Me dirán que a Morena no le fue bien en 2021. Depende del cristal con que se mire. El 14.02% de la votación alcanzado por Clara Luz Flores es un fracaso en términos de pelear por la victoria, pero un éxito para un partido de izquierda en la entidad más derechista de México, donde los institutos políticos más o menos identificados con el pensamiento izquierdista nunca habían obtenido en elecciones de gobernador más del 5% de los sufragios.

Qué hueva con ese panismo del Casino Monterrey

El panismo más ineficaz, integrado por una mayoría de gente —como yo mismo— de la tercera edad, ayer salió del retiro para comer con Xóchitl. Lo contó Plácido Garza, en Detona.

Plácido empezó bromeando con la leyenda que sus publicistas insisten en crearle a Xóchitl Gálvez: “De vender gelatinas descalza en la calle, al Casino de Monterrey. No cualquiera”.

En tal establecimiento ovacionó a la candidata de la derecha empresarial una “selecta concurrencia”. Se trató de un evento de gente veterana, muy veterana —reitero, de mi generación y más vieja—. Queda clarísimo en la crónica de Detona:

  • La noche anterior a la comida en el Casino Monterrey, Xóchitl estuvo “en el ambigú que ofreció el empresario Gustavo M. de la Garza O. a ella y a unas 30 personas en su casa de San Pedro Garza García”. Don Gustavo es un nuevo valor de la política de 86 años de edad.
  • Ayer jueves, antes de ir al Casino, la vendedora de gelatinas estuvo en el centro de convenciones Cintermex, en un evento organizado por Fernando Turner —este empresario oculta su edad en internet, pero debe andar en los 70 años y muchos más, quizá ya supera los 80—. Turner fue partidario de AMLO, después del Bronco y ahora de Xóchitl.
  • En el Casino de Monterrey, donde hubo un “estricto control de acceso”, el empresario Fernando Canales, jovenazo de 76 años, decidió que invitados e invitadas fuesen guiados a sus mesas por “educadas edecanes”, sí, mujeres en una actividad que la misoginia regia piensa solo corresponde a mujeres, jamás a varones —otra mancha machista, una más, en la campaña de una candidata supuestamente feminista—.
  • Apareció por ahí Reyes Tamez Guerra, muchachón de 71 años. Fue secretario de Educación en el gobierno de Vicente Fox.
  • Llegó a la comida Ernesto Martens, empresario de 90 años. Colaboró con Fox como secretario de Energía.
  • Más de 80 años debe tener José Luis Coindereau, exdirigente de Coparmex, quien hace un par de años se aventó la puntada de decir que la 4T es una dictadura comunista.
  • Invitada de honor fue Nina Zambrano, quien dirigió el museo Marco y andará ya setenteando.
  • No podía faltar Fernando Elizondo, político y empresario juvenil de 71 años de edad. Perdió una elección de gobernador.
  • Acudieron Sonya Garza-Rapport y su marido Ernesto Santos, de más de setenta.
  • Siempre en los mejores lugares Concha Lupe Garza Rodríguez, activista panista poco menor que yo. Pienso que ya desde hace rato entró en los sesentas, lo que le hace merecedora al título de la niña de la comida con Xóchitl.
  • El niño en el Casino Monterrey era el dramaturgo Hernán Galindo, de 62 años.

Veteranos y veteranas que destruyeron al PAN de Nuevo León. Hoy se la juegan con Xóchitl. Con tan gelatinoso respaldo va a llegar lejos la mujer que en su infancia vendía esas sustancias semisólidas, incoloras, translúcidas, quebradizas y casi insípidas mejor conocidas como gelatinas.