Cuando explicamos la forma en que ha operado el cabildeo empresarial en las cámaras de Diputados y Senadores con las reformas laborales es para demostrar lo poroso que es el proceso legislativo, la corrupción que prevalece y lo maleables que son los legisladores, cuando se trata de buscan acuerdos y cambios a favor de los trabajadores. No importa el partido o el origen supuestamente obrero de algunos legisladores, al momento de atentar contra los patrones siempre les tiembla la mano.

En este momento lo estamos viviendo de forma cínica en la reforma de vacaciones que fue aprobada en el Senado y debe ser ratificada en la Cámara de Diputados, pues se están haciendo todos los intentos para retrasar su aprobación por parte de algunos diputados.

Son dos los objetivos que tienen el sector empresarial en este momento:

  • Cambiar la fecha de aplicación de la reforma, tratar de alargar la fecha aprobada en la iniciativa (a partir del 1 de enero de 2023).
  • Que las vacaciones no se tomen de forma continua por parte de los trabajadores.

Quedan unas semanas para que el periodo ordinario de sesiones concluya, por lo que de no aprobarse es muy probable que el primer objetivo se logre, pues no entraría en vigor la reforma comenzando el próximo año. Y hay una razón para lograr patear la fecha de inicio, pues a pesar de que los patrones ya lo ven como una batalla perdida, es decir, que será muy difícil revertir la ampliación de vacaciones, lo que no han logrado es conseguir que la reforma a disfrutar vacaciones no se aplique como se ha venido dando en la ley, de forma continua, de allí su insistencia en prolongar el periodo de discusión para ver si “convencen” a más legisladores.

No es difícil que los diputados promuevan un parlamento abierto, otro más, con la excusa de escuchar a los sectores involucrados, a pesar de que está demostrado que los oradores generalmente se acaparan por las cámaras empresariales y sus aliados los sindicatos oficiales charros. Esto llevaría meses y lograría retrasar la discusión.

También aparecerán iniciativas reflejando el interés de que las vacaciones no sean continuas, habrá que estar pendientes de esos intentos.

La manera en que se podría destrabar el tema de la reforma a vacaciones a favor de los trabajadores es que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador dé las indicaciones para que se apruebe la reforma como ya está mandada desde el Senado, que esta administración siga asumiendo su papel rector de los derechos obreros como lo hizo con la reforma de subcontratación, la reforma laboral de 2019 y los aumentos al salario mínimo. Los obreros no tienen organización social activa con la fuerza para impulsar este tipo de reformas, no veremos marchas o plantones con el empuje para lograrlo, tal vez solo tengamos otra carta ridícula firmada por los grandes líderes sindicales de papel, a los que se les está desmoronando su imperio. De aquí la importancia de los gobiernos progresistas, que la organización obrera sea mediante el voto para poner al frente a quien representa sus intereses.

Vladimir Ricardo Landero Aramburu. Maestro en derecho por la UNAM