Seamos serios: sin cursilería, por favor

No aplica el famoso y en estos casos cursi poema de Martin Niemöller, el clérigo nazi quien terminó decepcionado del régimen de terror que ayudó a crear: “Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, ya que no era comunista... Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, ya que no era judío. Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar”.

Y no aplica porque nadie en el gobierno está censurando periodistas. El menos censurado de todos es Carlos Loret de Mola. Este hombre todos los días expresa lo que se le pega la gana sin ningún tipo de límites, normalmente inspirado en el odio y basado en calumnias vulgares contra el presidente López Obrador y su familia.

Las cosas como son:

√ Loret tres o cuatro veces a la semana publica en El Universal, un periódico sin duda líder, aunque con serios problemas económicos generados porque el gobierno de AMLO recortó fuertemente el enorme gasto en publicidad oficial acostumbrado en anteriores sexenios.

√ Sus columnas se reproducen en no pocos rotativos locales, entre ellos dos muy relevantes, El Informador, de Guadalajara, que es bastante objetivo, y el Diario de Yucatán, de Mérida, un buen periódico en el que la objetividad no es la norma ya que su ideología se inclina abiertamente hacia la derecha que detesta a Andrés Manuel.

√ De lunes a viernes Carlos Loret conduce un noticiero en Radiópolis, una de las más importantes cadenas radiofónicas, propiedad de un grupo administrado desde España, editor del diario El País, que defiende los intereses de empresas de esa nación en México; empresas, por cierto, muy cuestionadas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ya que parecen haber incurrido en graves actos de corrupción en los pasados gobiernos federales.

√ También, Loret realiza videos —con notable abundancia de recursos y en calidad de patiño del payaso Brozo— para un sitio de internet, Latinus, que nació en el actual sexenio evidentemente no como un proyecto periodístico, sino político, ya que lo financian un enemigo histórico de AMLO, el priista Roberto Madrazo, un hijo de este personaje tramposo por excelencia y el yerno de Madrazo, quien defiende un negocio de equipamiento médico floreciente en anteriores gobiernos y ahora mismo en problemas porque tanto el gobierno federal como los cada día más numerosos gobiernos estatales de Morena han dejado de comprar los productos que distribuye.

Desde luego, como parte de su libertad, que Carlos Loret ejerce a plenitud, publica reportajes que le regala una organización de ultraderecha fundada por Claudio X. González Guajardo —Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad—. Este señor X. es hijo de otro: Claudio X. González Laporte, principal aliado de Carlos Salinas de Gortari en el sector empresarial mexicano. Conviene recordar que Salinas no solo fue un presidente extremadamente corrupto —la fortuna de su hermano Raúl en Suiza no deja lugar a dudas—, sino que es el verdadero jefe del patrón de Loret (el señor Madrazo), estuvo detrás de los videoescándalos y del desafuero con los que se combatió a AMLO antes de las elecciones de 2006 y es el verdadero estratega de la derecha decidida a acabar, al costo que sea, con Andrés Manuel y la 4T.

“A pesar de la biografía de Loret”

El hecho es que hay periodistas objetivos y honestos que han decidido defender a Carlos Loret de lo que consideran ataques en su contra lanzados por AMLO —no lo son en realidad: el presidente solo cuestiona lo que considera cuestionable, y nada más—.

En la defensa que hacen de Loret tienen cuidado de aclarar que para nada coinciden con este periodista, a quien evidentemente consideran un pillo; lo apoyan, afirman, solo porque no les gusta que Andrés Manuel haya exhibido los supuestos ingresos del columnista de El Universal.

Cito dos ejemplos:

√ Un brillante jurista Ernesto Villanueva, en Proceso, antes de criticar a AMLO porque a su juicio viola la ley de protección de datos personales, dijo que Carlos Loret no es ni “nunca ha sido santo de mi devoción. Creo que incurre en persistentes faltas éticas y en una clara intencionalidad política”. Es decir, Villanueva piensa que Loret es un canalla que no respeta principios morales y que trabaja para un grupo político: tiene que ser, no hay otro, el de Claudio X., Madrazo y Salinas integrado con muchísimo presupuesto solo para combatir a la 4T.

√ También en la revista fundada por Julio Scherer, el periodista Mathieu Tourliere entrevistó a Érika Guevara, directora de Amnistía Internacional. Dos veces en la presentación de su trabajo la reportera Tourliere y los editores de Proceso aclararon que, ni modo, tienen que defender a Carlos Loret, a pesar “de su polémico historial”, esto es, de “manera independiente a su biografía”.

Apoyar a los nazis (fascistas) mexicanos, que los hay

No, no aplica el poema de Niemöller: “Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, ya que no era comunista” y, entonces, “cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar”.

No aplica porque el Estado mexicano no censura ni reprime periodistas, como lo evidencia cualquier repaso a la prensa de nuestro país.

Lo que sí puede estar ocurriendo es lo que le ocurrió al señor Martin Niemöller: este clérigo apoyó el ascenso de Hitler. Después se decepcionó, pero ya era demasiado tarde: el régimen nazi se había impuesto y generado terror en todas partes.

Ojalá quienes hoy apoyan a Carlos Loret de Mola, a pesar de conocer su pasado y la inmoralidad de sus socios, jefes y patrocinadores, no estén involuntariamente contribuyendo a sembrar la semilla para que resurja el autoritarismo corrupto, que desde luego, por el apoyo popular que tiene López Obrador, es un autoritarismo que solo podría renacer si se diera un golpe de Estado.

¿En serio queremos el fascismo en México? Porque eso es lo que representa un periodista como Loret, que lo sepa él o no, en esta historia solo juega el rol del bobo útil, esto es, alguien que cuando deje de ser funcional será desechado. Se le olvida quizá que Claudio X., Madrazo y Salinas son expertos en dar trato de kleenex a sus aliados: en el momento en que se ensucian de más, los mandan a la basura. Y Loret ya está muy manchado...