Te lo explico en 5 puntos:

1.- Cada 6 meses la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se reúne en una asamblea para evaluar y planear el siguiente periodo. ¿Cuántos obispos hay en México? Bueno, segmentemos los grupos por rango: 6 cardenales, 16 arzobispos, y 43 obispos (hasta enero de 2024). Cabe aclarar que dentro de la jerarquía de la Iglesia, todos ellos son obispos pero con distintas responsabilidades y la cifra también incluye a obispos en México de otros ritos (en comunión con el Papa), por ejemplo al Eparca maronita y al Exarca armenio.

2.- Es tradición del Episcopado que, durante las elecciones presidenciales, tengan un encuentro privado entre este cuerpo colegiado y las candidaturas. Cada sexenio se desfila y cada sexenio las candidatas y los candidatos salen a decir que fue un gran encuentro, muy cordial y que comparten las mismas preocupaciones. Esto no será distinto en este 2024, excepto porque más allá de las formas y la diplomacia, en esta ocasión la CEM tiene un documento de trabajo mucho más sólido y realista: El Compromiso Nacional por la Paz. Ya lo firmaron las 3 personas candidatas a la Presidencia de la República. Ahora el encuentro debe versar sobre la materialización de esas propuestas y de los alcances realistas que puedan ofrecer las candidaturas.

3.- El clero mexicano sabe negociar pero nunca ha sido su fuerte la negociación con políticos (quizá porque son buenos oradores). Las estrategias de política pública que propone el documento son totalmente realizables pero no solamente se requiere de la voluntad de quien gane la elección, sino de la articulación y trabajo político en el Congreso. Es decir, los obispos tienen la posibilidad de presentarse como un acto político de apoyo para todas las fuerzas políticas, considerando que nada tienen que perder al apostar por el bien común. Algo que no ayuda es que miembros del Episcopado, en los niveles más altos, sean abiertamente opositores al gobierno actual, el cual será posiblemente el siguiente gobierno.

4.- Para desgracia de algunos que suspiran por el Imperio Mexicano de Maximiliano, somos un país laico. Ha sido un proceso sangriento y necesario para reafirmar y separar, en lo que refiere al poder, que la autoridad de la Iglesia no intervenga en la política partidista. Es difícil cuando es un elemento cultural fundamental y cuando es una institución con redes organizadas (que no articuladas) a nivel nacional. Los obispos entendieron que su poder ya no radicaba en ser guardianes del conservadurismo sino en posicionarse como un actor social en temas trascendentes: seguridad, grupos vulnerables, economía alternativa, migración, etc. Dejaron de lado la agenda preconciliar: aborto, diversidad sexual, comunismo, etc., y privilegiaron un diálogo social real. Habrá que cuidar que el Episcopado no se balcanice y se fraccione entre la vieja política y la realpolitik.

5.- Esta Asamblea Plenaria de la CEM (la número 116) tiene temas interesantes: Construcción de la paz, cultura vocacional, migrantes, vida y familia, sinodalidad, jóvenes y adolescentes. En esta dinámica de apertura, los encuentros privados con las candidaturas también deberían de ser públicos. Esta tradición de llevar a “juicio” y hacerles preguntas en privado, no considero que sea democrático ni sano. No hay nada secreto pero lo que se oculta, tiende a malinterpretarse. Ojalá opten por la luz porque en ella la transparencia da información y aunque es una institución que no es famosa por sus paredes de cristal, es una buena oportunidad para saber qué discuten los políticos de traje sastre y los políticos de sotana.