Nos estamos volviendo locos.

No sé si sea a nivel país, a nivel estado, a nivel colonia o a nivel mundial pero a la gente le está valiendo gorro el sufrimiento o la suerte del prójimo.

De la decencia o los valores mejor no hablamos.

En estos días hemos visto videos en redes sociales que parecen sacados de un cuento de terror.

Hoy un hombre agarró a machetazos a una chica a las afueras de su casa y aunque por fortuna el machete tenía funda y no la despedazó, sí la dejó con heridas leves.

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También el día de hoy un comando armado entró al Hospital General, ubicado en 20 de Noviembre de esta ciudad y se llevaron a un enfermo, así, a la vista de todos.

Y ayer, en las calles de El Coyol, vimos a un sujeto que robó un aire acondicionado y fue perseguido por los vecinos a pedradas, así, al puro estilo apache, dejándolo atolondrado a mitad de la banqueta.

Esto nada más en el puerto jarocho, sin contar lo que ocurre en Quintana Roo, en Michoacán, en cualquier parte del país.

Es que de plano estamos bien mal. De poco o nada ha servido tener un gobierno que ha luchado por el bienestar social, cuyo presidente ha demostrado ser un hombre de paz, con principios, con honestidad.

Lo digo, porque si usted no lo sabe, de las filas de su partido, Morena, también están saliendo personajes con una idea bastante torcida de lo que es trabajar por el bien común, no para unos cuantos, no para los que son útiles para fines electorales, para todos.

La ya célebre frase de “por el bien de todos, primero los pobres” la han entendido a conveniencia y la están usando para lucrar, para “pararse el cuello” diciendo que se ayuda cuando en realidad lo único que les importa es adormecer las conciencias de los posibles votantes y sacar provecho.

Y así no es.

Sabemos de funcionarios y funcionarias que están más preocupados por tomarse la selfie para sus redes sociales que por ayudar.

Y mientras, que la gente se mate, o se muera de hambre.

Con el cuento de la austeridad nadie cobra por sus labores, dicen. Nadie tiene dinero, alegan. Y los casos de violencia, de carencia y de otras atrocidades se van acumulando.

No sé usted pero una servidora, aquí en el puerto jarocho, he visto una clase media muy venida a menos porque al profesionista, al microempresario, nadie los escucha, nadie entiende sus necesidades, nadie los ve

Tampoco ven a los pobres, no se engañen.

Las visitas de muchos de estos personajes es solo para dar palmaditas en la espalda y tomarse la foto o llevar algo de despensa a algún necesitado para salir en la también muy venida a menos prensa local. Nada más.

Por eso vemos escenas como las que dije al principio de estas líneas que nos dan muestra clara de una descomposición social que asusta.

A nuestro presidente no le debe gustar, claro que no, ver que los principios de paz social y bienestar en general se están yendo por el caño porque muchos de los funcionarios están haciendo tan mal trabajo, que dan pena.

Vendría bien un jalón de orejas a tiempo porque el 2024 toca a la puerta y la factura puede ser muy cara y andarán por las esquinas llorando y culpando a todos por su derrota.

Por cierto...

Yo sí quiero que AMLO se quede e iré a votar en ese sentido, pero si me preguntan por el desempeño de muchos morenos jarochos, pediría que se fueran.

No digo nombres. Al menos, por ahora.