El límite de la demagogia es el presupuesto. Las promesas en política están escritas en agua. El paquete económico es la cruda realidad expresada en números. Provoca cierta ternura escuchar a mandatarios estatales y municipales hacer compromisos y lanzar proyectos más sustentados en la voluntad que en la realidad. Prometen y prometen, para luego chocar con pared, darse cuenta que la cobija presupuestal no alcanza para todo y para todos. Saber que la palabra del presidente sólo es tangible cuando pasa la aduana de la Secretaría de Hacienda. AMLO, pone y Ramírez de la O, dispone.

Bien harían las gobernadoras y gobernadores, particularmente los electos, los veteranos ya se la saben, instruir a sus áreas de finanzas y economía revisar a fondo el paquete económico 2022. A más de uno le cambiará la sonrisa en mueca. Claro que hay consentidos y consentidas, que no necesariamente son del mismo color y partido que el Presidente, sino aquellos coincidentes con las prioridades de Palacio Nacional y su proyecto.

Bien harían los legisladores y los mandatarios estatales y municipales en revisar los documentos que en esta temporada elaboran el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados y el Instituto Belisario Domínguez, del Senado, buena parte de la chamba, para los que saben leer e interpretar estos datos está ahí. ¿Qué dinero va a las entidades federales? Según el proyecto, alrededor de 2 billones 108 mil 869 millones de pesos. ¿Cómo se reparte? Participaciones, poco más de un billón de pesos; aportaciones, 890 mil millones de pesos; convenios descentralizados, 111 mil 377 millones de pesos; salud pública, 9 mil 884 millones de pesos y hasta ahí, párale de contar. ¿Y lo que el presidente prometió? Tienen que preguntarle a Hacienda, puede que estén o quizá no, pero esa ya es otra historia.

En un contexto nacional e internacional estable, que apunte a la superación definitiva de la pandemia, las prioridades para el gobierno de AMLO en el primer año de la segunda mitad de su gobierno se mantienen: programas sociales y proyectos de infraestructura que todos conocemos. Destaca, la recaudación histórica que prevé realizar el SAT de más de tres billones de pesos. Espero que vaya contra los verdaderos evasores, no contra la clase media, que ha sido la más golpeada por la pandemia, la crisis, por el SAT y por la delincuencia en este y anteriores sexenios. Otra buena noticia es la inversión en obra pública que estuvo contenida o focalizada en la primera mitad del sexenio de AMLO.

Se acabaron los moches y las comilonas que durante al otoño abultaban las carteras, vientres y caderas de los legisladores; también, las largas filas de presidentes municipales gestionando proyectos en San Lázaro; en la mañanera, los cabilderos fueron equiparados a coyotes. Duda: ¿Con quién o cómo los gobernadores pueden negociar o por lo menos revisar sus presupuestos? ¿Serán los coordinadores de Morena en Diputados y Senadores, Ignacio Mier y Ricardo Monreal? ¿Será el propio Secretario de Hacienda? No descartemos que algún mandatario en la desesperación se presente en la mañanera para tratar de explicar su caso al presidente.

Eso pienso y. ¿Usted qué opina?

Onel Ortíz Fragoso I Twitter: @onelortiz