Estás en tu segundo contagio, presidente. Es la nueva normalidad. Te cuento lo que ha pasado en mi familia:

  • Ahora mismo mi nieto mayor, de 11 años de edad, sufre la enfermedad por segunda ocasión. Su hermano, de dos años, está contagiado. Su padre, enfermo. Su madre se contagió antes de Navidad. Yo no tenía síntomas, pero había convivido con ella, así que me hice una prueba: positivo. Unos 10 días después salí negativo. En ningún momento tosí, sentí fiebre o me dolió la garganta.
  • Mi hijo Federico Manuel y sus esposa, contagiados dos veces, con síntomas. Tienen tres hijos y una hija. Ellos, mis nietos, ya padecieron covid dos veces. Ella, mi única nieta, de un año de edad, no hace mucho superó su primera enfermedad.
  • Uno de mis hermanos y prácticamente toda su familia, ahora están en la última etapa del padecimiento.
  • No somos antivacunas, así que quienes hemos cumplido con los requisitos exigidos, nos hemos inyectado con Pfizer, AstraZeneca, etcétera. Hasta hemos recibido la tercera dosis.

Un médico respetable

¿Amistades contagiadas? Muchísimas. A decenas de personas que conozco y han enfermado les ha ayudado el doctor Francisco Moreno Sánchez, quien se convirtió en la principal referencia médica mexicana en tiempos de Covid.

Al doctor Moreno Sánchez no se le quiere en el gobierno porque es crítico del rockstar de la epidemiología. No entraré en la discusión acerca del trabajo de Hugo López-Gatell. Simple y sencillamente diré que tú, Andrés Manuel, tienes una opinión bastante positiva de este epidemiólogo, pero no estoy de acuerdo contigo.

Sé que el doctor Moreno no pocos veces ha recibido, en 24 horas, más de mil mensajes de WhatsApp de gente que le pide consejos. Atiende todos los que puede y, según los síntomas, recomienda medicinas. Él ha ayudado a mi familia, sin duda. Otro médico también lo ha hecho: el pediatra Enrique Faugier, quien pronto publicará una importante investigación sobre los efectos del covid en niños y niñas.

No he conocido, presidente, todavía ningún caso de tercer contagio, pero ya hay varios en el mundo, así que aparecerán en México. Sé que hay personas cuatro veces contagiadas. La nueva normalidad, sí.

Curiosidades acerca de cómo debe escribirse el nombre de la enfermedad

Leí en un artículo de FundéuRAE lo siguiente:

  • La grafía recomendada para el nombre abreviado de la enfermedad por coronavirus es COVID-19, con mayúsculas. Sí, con mayúsculas y con un guion antes de los dos dígitos.
  • En español la pronunciación mayoritaria es aguda (/kobíd/), mientras que en inglés es llana (/kóvid/).
  • No obstante, si se desea lexicalizar esta denominación pasándola a minúsculas, lo adecuado es no dejar la inicial mayúscula porque se trata de un nombre común de enfermedad: covid-19. El guion forma parte del nombre establecido y nada impide conservarlo.
  • No es adecuada la grafía Covid-19, en la que se mantiene la mayúscula inicial como si se tratara de un nombre propio.
  • Con respecto al género del artículo, lo preferible es emplear el femenino. No obstante, el uso del masculino no se considera incorrecto
  • Es frecuente el uso de la forma acortada COVID (o covid), que ya recoge el Diccionario de la lengua española.
  • O sea, se vale usar la COVID-19, el COVID-19, la covid-19, el covid-19, la covid o el covid.
  • Yo prefiero el covid o simplemente covid. Me dan flojera las mayúsculas y no encuentro necesario el 19.
  • Por lo demás, se escribe ómicron, con tilde en la primera o y en minúscula.

Presidente López Obrador: por el bien de todos, recupérate

Andrés Manuel, deseo sinceramente que tu enfermedad sea leve y corta. México te necesita activo y en forma. Eres el líder de la nación, no hay duda. La mayoría votó por ti porque le convenció tu proyecto de gobierno. Hay oposición, y qué bueno, pero mientras no te derroten —o a tu partido— en las urnas electorales, algo que no ha ocurrido, continuarás con las transformaciones en las que crees, muchas de ellas importantísimas para empezar a modificar las condiciones de vida de tantos millones de mexicanos y mexicanas que sufren la pobreza y la injusticia extremas.

Sabes que creo en tu proyecto, presidente, así que mis deseos de recuperación no solo surgen del aprecio que te tengo desde hace bastantes años, sino también del convencimiento de que México necesita a su dirigente para no perder el rumbo.

Un fuerte abrazo.